Un fiscal argentino acusó hoy a Irán de infiltrar varios países de Sudamérica para organizar redes de inteligencia con el objetivo de patrocinar y cometer actos terroristas en la región. Las acusaciones fueron formuladas en un extenso dictamen por Alberto Nisman, fiscal general en la investigación por el atentado de 1994 contra la sede en Buenos Aires de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el que murieron 85 personas.
En su escrito, de 500 páginas, Nisman acusó a Irán de infiltrar varios países de Sudamérica e instalar allí Estaciones de Inteligencia destinadas a cometer, fomentar y patrocinar actos terroristas, en consonancia con sus postulados de exportación de la revolución, según informó la Unidad Fiscal de Investigación del caso AMIA.
FISCAL COMUNICÓ CONCLUSIONES A OTROS PAÍSES En su presentación judicial, detalló cómo opera el terrorismo fundamentalista iraní que, recordó, produjo ya resultados devastadores en Argentina y estuvo a punto de producirlos hace unos años en uno de los aeropuertos de Nueva York.
Según el fiscal, existen fuertes y concordantes indicios de que dicha infiltración e instalación de estaciones de inteligencia se habría llevado a cabo en países como Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Guyana, Trinidad y Tobago y Surinam. Nisman remitió copias de su dictamen a las autoridades judiciales de estos países y pidió a Interpol (policía internacional) que extreme las medidas para detener a todos los acusados por la causa AMIA sobre los que pesen pedidos de captura internacional.
UN MINISTRO Y UN EX CANCILLER IRANÍES ACUSADOS Esta nomina la integran el ministro iraní de Defensa, Ahmad Vahidi; el exministro de Información Alí Fallahijan; el ex asesor gubernamental Mohsen Rezai; el ex agregado de la embajada de Irán en Buenos Aires Moshen Rabbani y el exfuncionario diplomático Ahmad Reza Ashgari.
La Justicia argentina también pidió en 2006 la captura del ex viceministro de Exteriores para Asuntos Africanos de Irán Hadi Soleimanpour, del ex presidente iraní Alí Akbar Rafsanjani y del ex ministro de Exteriores Alí Akbar Velayati, aunque estos no cuentan con una alerta roja de captura por parte de Interpol. En su dictamen, Nisman insiste en responsabilizar a las máximas autoridades de Irán por la el atentado contra la AMIA.
ATAQUE A LA AMIA “FUE PARTE DE UNA RED DE TERRORISMO” Asimismo, enfatiza que Rabbani no sólo tuvo actuación en este atentado sino también como coordinador de esta penetración en Sudamérica y muy especialmente en Guyana, a través de su discípulo Abdul Kadir, máxima referente iraní en dicho país, actualmente en prisión.
El fiscal da por probado que el ataque a la AMIA resultó ser una parte de un entramado mucho mayor, dominado por una fuerte penetración iraní en la región, donde el papel de Moshen Rabbani no se limitó sólo a Argentina sino que se extendió a Guyana, además de ser el responsable y tener a su cargo la coordinación de dichas actividades en toda Sudamérica.
Además acreditó que el libanés Samuel Salman El Reda, con pedido de captura desde 2009 y sindicado como máximo responsable de la conexión local del ataque a la AMIA, se valió de una falsa ciudadanía colombiana para ingresar a Argentina varios años antes del atentado, ocultando su pertenencia a Hezbolá.
ACUERDOS SOBRE EL CASO ENTRE IRÁN Y ARGENTINA En enero pasado, Argentina e Irán firmaron un acuerdo, rechazado por la comunidad judía local y el arco opositor argentino, que prevé la creación de una comisión de juristas que revise las actuaciones judiciales en torno al atentado. También se prevé la realización de interrogatorios en Teherán a los acusados por el ataque de la AMIA sobre los que pesan órdenes de captura con alerta roja por parte de Interpol.
El de la AMIA fue el segundo de los atentados terroristas contra intereses judíos en Argentina, ya que en 1992 explotó una bomba frente a la embajada de Israel en Buenos Aires y mató a 29 personas. La comunidad judía atribuye a Irán y a Hezbolá la planificación y ejecución de ambos atentados.