El gobierno egipcio rechazó hoy las críticas de otros países a su represión de las protestas de los Hermanos Musulmanes, así como las amenazas de que podrían retirar la ayuda al desarrollo.
El ministro del Exterior, Nabil Fahmi, dijo ante la prensa en El Cairo que el gobierno tiene la obligación de imponer la ley y el orden y que no dejará de hacerlo pese al peligro de perder fondos de ayuda, después de que éstos fuesen congelados por varios países de la Unión Europea (UE).
He pedido a diferentes departamentos del ministerio que hagan una revisión lógica, seria, objetiva () para saber qué ayuda es útil y cuál es usada para presionarnos, dijo Fahmi.
La UE anunció entretanto que analizará en los próximos días sus relaciones con Egipto. Los embajadores de los 28 países miembros se reunirán el lunes para evaluar la respuesta del bloque a la violencia en el país árabe.
La violencia y las matanzas de los últimos días no pueden ser justificadas ni toleradas sin decir nada, señalan en un comunicado conjunto el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
En el texto se llama a todas las partes a la contención y se llama al Ejército y al gobierno de transición impuesto por los militares a conseguir que cese la violencia.
Además, se pide la liberación de todos los presos políticos, aunque no se nombra expresamente a Mohamed Mursi, el presidente islamista destituido el 3 de julio.
También el papa Francisco se hizo eco nuevamente del conflicto. Seguimos rezando por Egipto, indicó brevemente durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro.