El ex dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt se declaró hoy inocente en la fase final del juicio por genocidio y delitos por deberes a la humanidad en su contra y responsabilizó al Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) por los hechos.

El ex jefe de Estado de facto (1982-83) afirmó que fueron los rebeldes guerrilleros quienes malmataron a esa gente (la población de la etnia maya ixil), en algo que llora sangre y mirando fijamente a la presidenta del Tribunal, Jazmín Barrios, dijo: Y ahora, yo tengo que pagar el genocidio.

La más grande desgracia de la angustia del pueblo ixil es que tuvo la mala suerte de que el Ejército Guerrillero de los Pobres ubicara su asentamiento principal en la zona que habitaba y que esa organización insurgente fue la que más influyó en que la gente se volcara en contra de la institución (armada), señaló.

El EGP fue una de las cuatro organizaciones guerrilleras que integraban la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), la cual se mantuvo en lucha armada durante 36 años (1960-96) en un conflicto que dejó más de 200.000 muertos.

El EGP ingresó con un primer contingente en Ixcán Grande, en el montañoso departamento norteño de Quiché, en 1972, y se estableció en las montañas de la zona ixil, aunque posteriormente se extendió por todo el país con siete diferentes frentes guerrilleros.

Me declaro inocente. Nunca tuve la intención, el propósito, de destruir a una etnia nacional, dijo en su conclusión el ex jefe militar, de 86 años, al dirigirse con coherencia y amplitud durante más de una hora ante el Tribunal que permaneció atento a su testimonio.

Ríos Montt cerró su intervención afirmando: Mi ocupación de jefe de Estado fue específicamente para retomar el rumbo de la nación que estaba en la borda. La guerrilla estaba a las puertas del Palacio Nacional, en 1982, cuando asumió, tras un golpe de Estado, el poder.