DANIEL MEZA @daniel_mz Redacción online
No hay conflicto en estos momentos más complejo que la Guerra Civil en Siria. Encerrar a uno u otro participante del mismo en el ‘eje del mal’ mediante el lente ideológico es sin duda, un yerro de gran proporción fomentado por los políticos, como lo fue en la guerra de Iraq. En el acertijo sirio –que en dos años consiguió un primordial lugar en la agenda internacional- más que malos o buenos existen pugnas principalmente sociales, políticas y económicas, secundadas por las fricciones religiosas y étnicas entre los 22 millones de habitantes que allí conviven.
Antes de iniciar con el listado, es preciso mencionar lo que tienen en común este y otros conflictos. No será difícil adivinarlo: petróleo. El potencial energético de Siria, para los interesados en el tema, es indiscutible: además de contar con 2.500 millones de reservas de crudo comprobadas (más que todos sus vecinos menos Iraq), preocupa especialmente a EE.UU. y otras potencias europeas la ubicación de este territorio como punto de confluencia de los oleoductos alternativos de petróleo. Esto sería muy peligroso para los intereses de compañías estadounidenses y europeas que cuentan con sus propias rutas (mire aquí las rutas del petróleo en Medio Oriente), según el politólogo y periodista Manlio Dinucci. En el negocio también están muy interesados Ankara, Teherán y Bagdad. Más adelante se verá porqué.
Nada menos que 94.000 muertes se han producido y los avances hacia una pacificación llegan a cuentagotas. A continuación, un listado de ellos para entender a esta guerra civil:
LAS FUERZAS PRO GOBIERNO Y SUS ALIADOS FORÁNEOS Partido Baath Árabe Socialista. Bashar al Assad es el rostro de un partido que rige desde 1963. Los Assad, padre e hijo, atornillados en el poder por 40 años como una élite autocrática y enriquecida gracias a la corrupción, de ‘socialistas’ solo tienen el nombre. La propia izquierda de aquel país le criticó al gobierno las duras políticas neoliberales del gobierno en los últimos años dando como resultado cifras alarmantes de pobreza, desempleo y desigualdad. Es ante este modo dictatorial y desfavorable para los pobres Siria protestar en el marco de la Primavera Árabe (como en Túnez o Egipto). Los Assad han castigado a sus opositores desde antes de la guerra, con desapariciones de decenas de miles de personas, según Amnistía Internacional. Desde el conflicto armado en marzo del 2011 hacia adelante, sus tropas cometieron diversos crímenes contra su propia población: uso de bombas de racimo, bombardeos de hospitales, bombardeos aéreos sobre civiles, torturas y ejecuciones al margen de la ley, asesinatos y secuestros de periodistas, lanzamiento de misiles contra ciudades como Alepo o Homs. Los indignados sirios, entonces, decidieron armarse.
Irán. La República Islámica es el aliado más fuerte de Siria, le da tropas y sustento económico. ¿Por qué lo hace? Siria es un elemento estratégico muy interesante para Teherán. Ya mencionamos los corredores energéticos alternativos. El tema político-religioso también es clave: La Siria de Assad es una vía abierta a la influencia iraní en el mundo árabe y en Oriente Próximo, dice Alireza Nader, analista del think thank Rand Corporation. La caída de este régimen sería un golpe enorme para los intereses iraníes. Perder al gobierno sirio significaría para el Irán chiita la llegada de un régimen sunita hostil, que cortaría su única vía hacia sus aliados de Hezbolá (Líbano) y Hamas.
Rusia. Moscú ha estado en contra de las sanciones al gobierno de Assad. ¿Por qué? [1] No le conviene perderla como aliada desde la Guerra Fría. La ex URSS tiene en su única base naval fuera de su territorio en el puerto de Tartus. [2] EL negocio militar: un 10% de las exportaciones de armamento ruso se dirigen a Damasco, según un informe de Amnistía Internacional (entre el 2005 y 2010), lo que equivaldría a unos US$ 4.000 millones que se perderían con las sanciones. Y [3] la defensa del derecho de Siria a la no injerencia. Beijing ha secundado Moscú en la oposición a las sanciones de la ONU a Damasco ya Teherán.
‘LOS REBELDES’: DESDE POTENCIAS DE OCCIDENTE HASTA MUYAHIDINES Consejo Nacional por el Cambio Democrático Sirio. Es una alianza de 13 partidos de izquierda que, si bien exigen la caída dictadura siria y la eliminación de al Assad como presidente, rechazan firmemente toda intervención foránea sobre Siria. Dentro de este actúa el PYD, el partido que controla territorios kurdos al noroeste de Siria, primo del partido insurgente kurdo en Turquía, el PKK.
CNFORS. La Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria es la principal aglomeración opositora al régimen sirio. Se creó el 2012 y ha sido reconocida como el gobierno legítimo de Siria por parte de las 6 petromonarquías del Golfo Pérsico y países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Australia, etc. El doble rasero de un desnaturalizado CNFORS está en existir al amparo de tiranías como Qatar y Bahrein que oprimen brutalmente a sus oposiciones, sostiene en un análisis publicado hace algunas semanas el internacionalista Isaac Bigio.
Ejército Libre Sirio (ELS). Es el brazo militar de la CNFORS y el principal grupo armado entre los ‘rebeldes’. Al inicio se integró por opositores al gobierno y desertores militares del mismo (como el hoy olvidado coronel Riad Al Assad), pero poco a poco se ha ido confundiendo entre fundamentalistas (sunitas salafistas, yihadistas). El ELS –al igual que Al Assad- no ha dejado de cometer atrocidades: fusilamientos de soldados y paramilitares capturados (Human Rights Watch), el uso de menores como escudos humanos y su prematuro adiestramiento en armas (así lo denunciaron organizaciones de derechos humanos). Estados Unidos reconoce que brinda decenas de millones de dólares a estos ‘rebeldes’ en lo que llama ayuda no letal (Obama y Hillary Clinton dixit), mientras que por ahora la Liga Árabe es la proveedora de armas del ELS.
Frente Al Nusra: Estos fundamentalistas que se mezclan con la oposición siria juraron lealtad a Al-Qaeda. Entre 5 y 10 mil soldados, dicen ser yihadistas que regresan de otras guerras. Llaman a EE.UU. e Israel “enemigos del Islam”. Junto otros grupos fundamentalistas como Ahar al-Sham, las brigadas de Al-Haqq, Liwa al-Tawhid, Fajr al-Islam perpetran asesinatos y torturas a soldados capturados, explosiones suicidas de fanáticos que no temen morir.
Estados Unidos. Solo han intervenido políticamente y con apoyo económico ‘no letal’. Temen ingresar a un juego que antes no supieron manejar (como Iraq y Libia) perdiendo credibilidad. Si la no injerencia es el estandarte ruso, la defensa de los DD.HH. es el argumento de Washington para fustigar a Assad y aliados. Fuera de la retórica, a la primera potencia mundial le interesa dominar estratégicamente la zona rica en recursos energéticos y el no tener a Siria podría perjudicar a sus empresas y socios. Los vecinos Damasco, Bagdad y Teherán ya están avanzando en proyectos conjuntos. La US Army solo irrumpiría, según han dicho, si se comprueba el uso de armas químicas por parte de Damasco. Francia y Reino Unido son sus principales garantes.
Turquía. Dos motivos hacen que el ex Imperio Otomano sea uno de los más entusiastas en el conflicto. [1] el negocio del petróleo ya explicado, y [2] el combate a las milicias kurdas que se refugian al norte de Siria y que apoyan a la insurgencia (PKK) en su propio territorio. Esto le ‘evita la fatiga’ de intervenir a EE.UU. dentro del pleito regional.
Israel. Es el más confundido en la disputa. [1] Si bien su gobierno se oponía a Asaad por su apoyo a Hezbolá y Hamas, teme también que los extremistas de Al Qaeda en Siria se les acerquen y los ataquen desde un territorio más cercano. [2] Ante la caída del dictador, un gobierno sunita, sumado al Egipto de los Hermanos Musulmanes podrían significar un respaldo a Hamas, su gran enemigo.