Muchos quedaron sorprendidos por el abrazo del papa Francisco a un hombre afectado por una extraña enfermedad llamada neurofibromatosis, durante el saludo habitual a peregrinos en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Su nombre es Vinicio Riva, vive en la localidad de Vicenza (Italia) y habló del emocionante instante con el Papa. Sentí que el corazón se me salía del cuerpo. Fue el paraíso, él nunca dudó en abrazarme, dijo al diario Daily Mail.

Contó que su enfermedad no es contagiosa y lo más probable es que Bergoglio no lo sabía. La heredó de su madre que murió a los 81 años. (El Papa) envolvió toda mi cabeza como si solamente sintiera amor, dijo.

Para él, el abrazo en silencio significó más que mil palabras. Actualmente vive con su tía y hermana, que también padece esta enfermedad, caracterizada por producir una serie de tumores en la piel.

A pesar de las limitaciones físicas, ha logrado realizar una vida relativamente normal y trabaja en casa, una pequeña empresa de cerámicos.

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