El culto al líder lo obliga. Como si fuera una religión, los partidarios de Hugo Chávez podrán llegar a verlo muchos años después de su muerte y rendirle tributo. El presidente venezolano será embalsamado luego de una decisión conjunta del gobierno y los familiares del mandatario, uniéndose a una lista de líderes modernos que han pasado por ese proceso, para conservarlos casi como en vida.
El 23 de enero de 1924, dos días después de la muerte de Lenin, un prominente anatomista ruso se encargó de embalsamar su cuerpo, que desde esa época se exhibe en un edificio de la Plaza Roja de Moscú.
El culto al líder ruso se expandió en 1953, cuando un Stalin disecado estuvo sentado al lado de su mentor. Sin embargo, no duró mucho ahí, pues ocho años después fue retirado y enterrado. A diferencia suya, el padre de la Revolución Rusa sigue incólume en su descanso final.
Lo curioso es que ambos fueron embalsamados en contra de su voluntad, tal como ocurrió con el presidente de la República Democrática de Vietnam, Ho Chi Min, que falleció en 1969 en Hanói, a los 79 años. Ho Chi Min había muerto de tuberculosis y se suponía que lo más higiénico era incinerarlo, pero el gobierno ordenó embalsamarlo y colocarlo en un enrome mausoleo.
Otro embalsamado contra su voluntad fue Mao Zedong, que murió en 1976 a los 82 años. En el sur de la eterna Plaza de Tiananmen, hay un edificio cubicular donde reposa el cuerpo del fundador de la República Popular China, precedida de esculturas de campesinos, soldados, obreros y estudiantes.
Kim Jong Il fue el último de los líderes mundiales (antes de Chávez) en ser embalsamado fue Kim Jong Il. El ex mandatario de Corea del Norte fue expuesto al público en el primer aniversario de su muerte. Estaba en una urna de cristal con su característico uniforme caqui, lentes de sol y zapatos de plataforma.
Finalmente, la única personalidad latinoamericana embalsamada fue Eva Perón, que falleció el 26 de julio de 1952 y fue honradas con las exequias más imponentes de la época.