JOSÉ ROSALES VARGAS Desde Ica

Esculpidos sobre impresionantes rocas calcáreas se dibujan en el sector de Majuelos (al sureste de Nasca) grabados rupestres correspondientes al período inicial de los nascas que corren el riesgo de ser afectados por la presencia de turistas. Debido a la falta de señalización en la zona, los visitantes dañan estas incisiones en piedras.

Además, los autos tubulares que recorren el desierto lo hacen por zonas donde las piedras no están protegidas.

Los petroglifos grafican diversos motivos, entre los que destacan la orca y los felinos como principales divinidades de los nascas –y de la época final de los paracas–, y superan los cuatro metros de largo, confirma el arqueólogo Gori Echevarría López, presidente de la Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR).

“Por los estudios desarrollados en los dos últimos años podemos confirmar que se trata del panel de petroglifos más grande que se conoce en el país. El conjunto de excepcionales grabados que fueron diseñados entre el 500 a.C. y los 400 d.C. y que alcanzan los 70 metros de extensión se diferencia de representaciones ubicadas en otras partes del país que alcanzan los 25 metros de largo, lo que cataloga a los petroglifos de Majuelos como los de mayor dimensión en el país”, asegura Echevarría.

El investigador señala que el sitio ha sobrevivido a las duras inclemencias del tiempo, lo que permite captar mediante una nueva herramienta de registro grabados rupestres con escenas zoomorfas y otros motivos superpuestos elaborados con técnicas muy finas como la incisión y el esgrafiado.

FINOS GRABADOS “Se trata de grabados elaborados delicadamente porque fueron producidos sobre roca arenisca de poca cementación y [estuvieron] a punto de ser destruidos por procesos naturales [vientos, humedad, radiación solar]”, advierte Echevarría.

La arqueóloga Ana Nieves llegó a la zona en 1999 y realizó el primer registro de los sitios con quilcas o arte rupestre de la cuenca del río Nasca y presentó este reporte oficial de hallazgos al entonces Instituto Nacional de Cultura, en el 2001.

“Hemos retornado 12 años después a la zona para un nuevo levantamiento, pero esta vez a través de la aplicación de la técnica fotográfica digital llamada reflectance transformation imaging o RTI (imágenes por modificación de la reflectancia)”, precisa Nieves.

OBSERVACIÓN AL DETALLE Mediante esta técnica utilizada en museos e instituciones mundiales dedicadas al estudio y conservación de bienes culturales, se toman fotografías interactivas que permiten una observación detallada del objeto analizado.

“Los resultados iniciales mostraron un gran potencial para la determinación científica de los aspectos de conservación de estas evidencias y el estudio de la tecnología de producción de estos petroglifos”, destaca la especialista.

La investigadora asegura que mediante estos nuevos análisis lograron el documento fotográfico más completo de las quilcas de Majuelos y confirmaron que presentan serios problemas de conservación.

“Este novedoso sistema nos ha permitido además documentar una gran cantidad de evidencias que incluyen un registro completo de animales marinos, motivos rupestres de variadas morfologías y diseños, así como determinar las probables causas de deterioro que afectan su conservación”, señala Nieves.

Ambos especialistas coinciden en proponer un plan para proteger el sitio de la erosión y otras formas más peligrosas de degradación. De lo contrario, estos primeros registros de la cultura peruana se perderían para siempre.

RESISTENCIA Las rocas en las cuales fueron encontrados los grabados son bastante duras como porfirita, granito, diorita y andesita, lo que les ha permitido resistir a la erosión.