Once mujeres sudafricanas se reunieron en febrero pasado para cortarse todo el cabello, y así, sorprender a su amiga Gerdi McKenna, quien había sido diagnosticada con cáncer de mama meses atrás y ya evidenciaba los signos de la quimioterapia.
Una de ellas le comentó la idea al fotógrafo Albert Bredenhann, quien se encargó de llamar a cada una de ellas para preguntarles si estaban dispuestas a raparse y participar del proyecto.
El resultado fue muy emotivo. Gerdi se quedó de pie contemplando entre lágrimas a todas sus queridas amigas juntas y sin cabello. Su rostro mostraba agradecimiento por el gesto de amor y apoyo que estaba recibiendo.