Unos 38 partidarios de los Hermanos Musulmanes murieron el domingo en confusas circunstancias en una prisión egipcia, en una jornada en la que el líder del poderoso Ejército advirtió que no tolerará la violencia e instó a los islamistas a dejar las protestas.
Las últimas cifras del Gobierno señalan que al menos 830 personas han muerto desde el miércoles en los enfrentamientos entre los seguidores del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi y las fuerzas de seguridad.
La policía ha detenido en los últimos días a cientos de partidarios de los Hermanos Musulmanes, el grupo que llevó a Mursi al poder, en un esfuerzo por parte del Gobierno respaldado por el Ejército por poner fin a semanas de protestas e imponer su autoridad en una nación profundamente polarizada.
El Gobierno dijo que 70 miembros de las fuerzas de seguridad estaban entre los muertos.
El Ministerio del Interior dijo que un grupo de detenidos intentó escapar de una prisión en las afueras de El Cairo y agregó que un número indeterminado de personas murió asfixiada por gases lacrimógenos luego de que la policía se movilizara para liberar a un oficial que había sido tomado como rehén.
Tres fuentes dijeron que el número de muertos era de 38.
Ofreciendo una versión diferente, una fuente judicial dijo a Reuters que los seguidores de los Hermanos Musulmanes se habían asfixiado cuando iban en la parte trasera de un vehículo policial repleto de personas mientras eran trasladados a la cárcel.