Irán y los países del G5+1, con los que analiza su programa nuclear, mostraron hoy confianza en que hay espacio para continuar de forma seria con las negociaciones, al término de dos días de reuniones que han permitido relanzar un proceso que llevaba varios años en un punto muerto.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamed Yavad Zarif, quienes dirigieron las negociaciones de una y otra parte, hablaron de optimismo, de creación de confianza mutua y de seguir dialogando sobre la cuestión nuclear en una atmósfera positiva.

El objetivo último es garantizar que el programa nuclear iraní tiene intenciones pacíficas y descartar cualquier posibilidad de que pueda derivar en fines militares.

Como muestra de que se esperan avances concretos y en un plazo razonable, los negociadores acordaron que volverán a encontrarse nuevamente en Ginebra tres semanas (el 7 y 8 de noviembre), pero que antes habrá reuniones entre científicos, y expertos nucleares de ambas partes.

Estos últimos podrán desmenuzar los aspectos técnicos de la propuesta iraní y aportar los elementos que permitirían ajustarla a las demandas del grupo con el que negocia, conocido como G5+1 (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, y China, más Alemania).

Para estos países es fundamental establecer mecanismos de control creíbles sobre las actividades nucleares de Irán, sea a través de visitas inesperadas de inspectores internacionales a lo que Teherán todavía se niega o de suspender el enriquecimiento de uranio dentro de Irán, con la alternativa de que pueda importarlo.