Irán dará a los inspectores de las Naciones Unidas acceso controlado a una mina de uranio y a una planta de agua pesada dentro de los próximos tres meses, como parte de un acuerdo alcanzado ayer para mejorar la transparencia del polémico programa nuclear del país islámico.

El documento fue firmado en Teherán por el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, y el jefe de la organización de energía atómica de Irán, Alí Akbar Salehi, días después de que Teherán y seis potencias no lograran sellar un pacto en las conversaciones diplomáticas del fin de semana en Ginebra.

El acuerdo de Irán y el OIEA puede ayudar a impulsar las esperanzas en una nueva ronda diplomática de las potencias este 20 de noviembre, tras una década de estancamiento.

El OIEA e Irán han acordado “fortalecer su cooperación y diálogo destinado a asegurar la naturaleza exclusivamente pacífica del programa nuclear de Irán”, dice un comunicado conjunto distribuido en Viena.

“Este es un primer paso adelante para comenzar, pero se necesita hacer más”, dijo Amano en la capital iraní.

Reino Unido, una de las seis potencias junto con Estados Unidos, Francia, Alemania, China y Rusia que están negociando con Teherán, aplaudió el acuerdo y dijo que era “importante que Irán aborde las preocupaciones de la agencia sobre las posibles dimensiones militares del programa nuclear”.

Un anexo del documento presenta los seis primeros pasos a tomar para el 11 de febrero, que incluyen el acceso a la mina de uranio Gachin y a la planta de producción de agua pesada en Arak.

Según el convenio, para mejorar la transparencia Irán también entregará información sobre futuros reactores de investigación y sitios para nuevas plantas de energía nuclear. Además, aclarará anuncios previos sobre instalaciones de enriquecimiento de uranio que había dicho que tenía previsto construir.

El OIEA visitó por última vez la planta de Arak, que produce agua pesada para un reactor de investigación cercano en construcción, hace más de dos años.

El pacto no hace una mención explícita a la investigación del OIEA sobre lo que llama las posibles aristas militares del programa nuclear de Irán, que incluye el largamente buscado acceso a la base militar de Parchin, donde la entidad sospecha que hubo una serie de pruebas nucleares hace una década.