La juez militar a cargo del caso de filtraciones a WikiLeaks se negó hoy a retirar el cargo de ayudar al enemigo que pesa contra el soldado estadounidense Bradley Manning, en lo que expertos consideran podría crear un precedente de cara a futuras filtraciones de material secreto del gobierno.
La decisión implica además que Manning, de ser considerado culpable en el juicio militar que se le sigue en Fort Meade, en las afueras de Washington, por haber filtrado cientos de miles de cables militares y diplomáticos a la plataforma WikiLeas, podría ser condenado a cadena perpetua.
El cargo de ayudar al enemigo prevé por su gravedad incluso la pena de muerte, pero la fiscalía ya dijo desde un principio que la sentencia máxima que solicitará será la de prisión de por vida.
PELIGROSO PRECEDENTE La defensa de Manning había pedido que la juez desestimara este cargo así como el de fraude informático que la magistrada también hoy se negó a retirar por falta de pruebas.
De acuerdo con la petición para desechar el cargo de ayudar al enemigo que el abogado de Manning, David Coombs, presentó el pasado 4 de julio, durante el juicio que se le sigue desde junio al ex analista de inteligencia en Iraq, el gobierno no ha logrado presentar pruebas () que demuestren que Manning tenía conocimiento real de que al dar la información a WikiLeaks, le estaba dando información a un enemigo de Estados Unidos.
Pero Lind dijo en la sesión de este jueves que la acusación presentó al menos algunas pruebas al respecto, por lo que rechazó la petición de la defensa de Manning, cuya estrategia es lograr una pena máxima de 20 años.
Más allá de las implicaciones para el futuro de Manning, la decisión de la juez militar podría tener consecuencias más amplias, ya que podría servir de precedente y por tanto de elemento disuasorio para aquellos que filtren información a medios de comunicación, una práctica considerada clave para poder monitorear prácticas no siempre transparentes de los gobiernos.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN Algo que ha adquirido especial relevancia desde las recientes filtraciones del informante estadounidense Edward Snowden, que han demostrado la amplitud de las escuchas y espionaje de los servicios de inteligencia estadounidenses tanto contra enemigos como a países aliados.
De hecho, el diario The Washington Post recordó hoy que la juez Lind llegó a preguntar hasta en dos ocasiones a la fiscalía si habría presentado el mismo cargo de ayudar al enemigo contra Manning en caso de que éste hubiera filtrado los cables a ese diario o a The New York Times, y que la acusación dijo que sí lo habría hecho.
El rotativo citó al experto en libertad de expresión de la influyente Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles (ACLU) Ben Wizner, según el cual el objetivo de acusar a Manning de ayudar al enemigo es transformar en traición lo que en todo el mundo era visto ampliamente como una filtración valiosa.
El gobierno pretende criminalizar cualquier información que sea publicada en cualquier lugar donde el enemigo pueda verla, advirtió.