Corea del Norte | ¿Quién es Kim Yong-chol y por qué este criminal de guerra asistió a los JJ.OO.? (Foto: AFP)
Corea del Norte | ¿Quién es Kim Yong-chol y por qué este criminal de guerra asistió a los JJ.OO.? (Foto: AFP)
Jesus Osorio Calderon

Hasta hace unos meses, pensar que las dos Coreas iban a conversar para llegar a un acuerdo que tenga como desenlace el fin de la escalada bélica era descabellado. Más disparatado aún que altos funcionarios norcoreanos lleguen a Corea del Sur en busca de esa ansiada paz. De aquello participó la hermana del líder norcoreano Kim Jong-un en la primera fase de los Juegos Olímpicos de Invierno, y en esta última, un polémico general norcoreano acusado de atacar y matar a 46 marineros surcoreanos en el 2010. 

Su nombre es Kim Yong-chol y ha despertado en Corea del Sur la ira e indignación de quienes sufrieron de cerca sus crímenes de guerra.

-- Kim Yong-chol, el norcoreano más odiado en Corea del Sur --

Kim Yong-chol
no pasa desapercibido en su país. Nacido en 1945, cuando las tensiones entre ambas Coreas estaban en su punto de ebullición, este militar de cuatro estrellas es uno de los hombre más cercanos a la familia de Kim Jong-un.

Su vida militar empezó en uno de los puntos más gélidos de las dos Coreas: la zona desmilitarizada, según recogió la BBC.

Ha participado de varias reuniones, sin éxito, entre delegaciones de Corea del Sur y Corea del Norte entre 1990 y el 2000, y ha sido la cara del ejército norcoreano ante la prensa de su país y también de la región, además de haber pertenecido al cuerpo de inteligencia del régimen y haberlo liderado.

Pero Kim Yong-chol alcanzó mayor fama en el 2010, cuando una embarcación surcoreana que transportaba a 46 marineros sufrió un ataque que, según denuncia la oposición surcoreana, fue ordenado por este polémico militar.

A partir de ahí, su visita a estos Juegos Olímpicos de Invierno en PyeongChang, que serán recordados en la historia de la humanidad como el primer acercamiento después de años para construir la paz, generó olas de protestas e indignación en Corea del Sur.

Siendo Kim Yong-chol un militar que le ha hecho tanto daño a Corea del Sur, ¿qué buscó Corea del Norte al enviarlo a la clausura de estas olimpiadas?

La visita de Kim Yong-chul generó olas de protestas e indignación en Corea del Sur. (Foto: AP)
La visita de Kim Yong-chul generó olas de protestas e indignación en Corea del Sur. (Foto: AP)

--- La estrategia ---

A inicios de enero, un mensaje conciliador del líder máximo de Corea del Norte, Kim Jong-un, asombró a un mundo acostumbrado a sus amenazas y pruebas nucleares.

Vestido de un traje claro y frente a las cámaras que transmitían para millones de norcoreanos en el país, Kim Jong-un aseguraba en su discurso de Año Nuevo, la posibilidad de que una delegación norcoreana participe del torneo olímpico en Corea del Sur, a lo que pronto sus organizadores y el mismo Gobierno surcoreano llamaron “los Juegos Olímpicos de la Paz”.

Desde ese entonces, la construcción de esa paz se ha visto alimentada por la reunión de funcionarios de ambos países, la llegada de la hermana del mismo dictador a ‘tierras enemigas’ y la sensación que ha causado el equipo unificado de las dos Coreas, sin dejar de lado a sus porristas, que parecían sistematizadas en sus movimientos y que alentaron por igual a todos los miembros de ese equipo.

Hasta ahora, la diplomacia entre las dos Coreas no parece amenazada. Pero, en ese camino, Estados Unidos y Japón no han menguado sus ataques contra el régimen y siguen impulsando más sanciones económicas, lo que incluso llevó a Corea del Norte a cancelar a última hora una importante reunión que iba a tener con el vicepresidente estadounidense Mike Pence.

El régimen enfatizó: “Nunca tendremos conversaciones directas con ellos, ni siquiera en 100 o 200 años. Esto no es una amenaza ni una afirmación vana”. Pero horas después, según fuentes surcoreanas, tras una reunión entre el presidente surcoreano y el polémico militar Kim Yong-chol, Pyongyang tiene la voluntad de conversar con Washington.

Según fuentes surcoreanas, tras una reunión entre el presidente surcoreano y el polémico militar Kim Yong-chol, Pyongyang tiene la voluntad de conversar con Washington. (Foto: AFP)
Según fuentes surcoreanas, tras una reunión entre el presidente surcoreano y el polémico militar Kim Yong-chol, Pyongyang tiene la voluntad de conversar con Washington. (Foto: AFP)

--- ¿Oportunidad o amenaza? ---

La presencia del general Kim Yong-chol en territorio surcoreano se ha sentido más que la de la hermana del líder norcoreano Kim Jong-un y ha despertado la ira de varios ciudadanos que sintieron de cerca los ataques de este militar.

Según el internacionalista peruano Ramiro Escobar, la figura de Kim Yong-chol en el desenlace de estos “Juegos Olímpicos de la Paz” encarna un doble rol que Corea del Norte, al parecer, quiere dejar a su vecino.

“[Corea del Norte quiere] darle a entender a Corea del Sur que está dispuesto a conversar, pero que a la vez no baja la alerta armada, en la medida que, aunque parezca increíble, la guerra entre las dos Coreas nunca terminó, solo está suspendida desde julio de 1953. Ese general, poderoso y a la vez muy político, encarna ese doble juego”.

Además, Escobar señala que se sabía que la visita del Kim Yong-chol a tierras surcoreanas iba a ser polémica por el doble rol que ha jugado durante las tensiones.

“Este general es un hombre poderoso en Corea del Norte. Ha sido guardaespaldas de Kim Jong-il, el padre de Kim Jong-un. Ha estado en el aparato de inteligencia y ha sido, en general, muy cercano a los círculos de poder norcoreanos, que son sumamente herméticos. Por no poca añadidura, se sospecha que más de una vez ha planeado ataques a Corea del Sur, aunque a la vez ha participado, en el pasado, de las conversaciones entre los dos países, que a pesar de todo suelen darse, no sin cierta dificultad. Por todo esto, es evidente que su presencia es controvertida”.

“Este general es un hombre poderoso en Corea del Norte", señala Ramiro Escobar sobre Kim Yong-chul.
“Este general es un hombre poderoso en Corea del Norte", señala Ramiro Escobar sobre Kim Yong-chul.

--- ¿Estaban preparados? ---

Si bien Corea del Norte quiere dar un mensaje unificador y a la vez de precaución a Corea del Sur a través de la presencia de este general norcoreano, el actual Gobierno de Seúl viene haciendo sus esfuerzos para que las conversaciones logren poner fin a la guerra que desde 1950 tiene separada a una región y a varias familias.

Esfuerzos que le han costado popularidad al actual presidente Moon Jae-in, pero que según el analista Ramiro Escobar se puede recuperar a través de la persuasión.

— ¿Estaban los surcoreanos preparados para recibir delegaciones norcoreanas?

“El presidente surcoreano, Moon Jae-in, es partidario de la reunificación, aun cuando eso le genera muchas críticas en su país. Es un político social demócrata, de centro izquierda digamos, pero a la vez conservador en temas de familia. Genera adhesiones con su política de acercamiento a Corea del Norte. Cuando se anunció la delegación unificada, corrió una carta de al menos 30 mil ciudadanos pidiendo que no se haga. Y una encuesta de la empresa Realmeter encontró que solo uno de cada cuatro surcoreanos apoyaba la decisión de marchar juntos en los juegos. Con todo, creo que las políticas del presidente, y la impresión que causaron los juegos, pueden persuadir a la opinión pública de que el camino de la reunificación, en algún momento, debe llegar”.

— ¿Están preparados los surcoreanos para que su país llegue a acuerdos con Corea del Norte?

“Las corrientes de opinión pueden cambiar. La influencia de EE.UU. tiene, a mis ojos, peso en este asunto. Con un presidente ríspido como Donald Trump, se activa la aspereza habitual de Corea del Norte, encarnada ahora en Kim Jong-un, que no parece un hombre moderado, sino más bien desbordado. Dos mandatarios lenguaraces no llaman a la calma, algo con lo que tendría que contar Corea del Sur para dar pasos más firmes hacia la reunificación. Ivanka Trump, por su parte, ha hablado de presionar a los norcoreanos en los propios juegos. Todo eso enrarece la atmósfera. Moon Jae-in sí parece un hombre dispuesto a apostar por la distensión. Pero como ocurría y ocurre en Palestina, un líder de ese corte necesita socios para la paz. Trump y Kim Jong-un no lo son”.

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