Para los británicos son las islas Falkland, pero para los argentinos y el resto de latinoamericanos son las Malvinas. En este territorio viven unas 3 mil personas.
Para los británicos son las islas Falkland, pero para los argentinos y el resto de latinoamericanos son las Malvinas. En este territorio viven unas 3 mil personas.
/ EFE
Gisella López Lenci

Han pasado casi cuatro décadas y el doloroso recuerdo de la guerra de las persiste en la memoria . Para el país sudamericano, la reivindicación de su soberanía es una herida abierta, mientras que para el el asunto de las Falklands –como las llaman– finiquitó en 1982. El Comercio conversó con el embajador Guillermo Carmona, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, quien estuvo en Lima la semana pasada, sobre la estrategia de reposicionar la cuestión Malvinas a escala regional y global.

- ¿De qué se trata la Agenda Malvinas 40 años? El próximo año ya se cumplen cuatro décadas de la guerra…

La Agenda Malvinas 40 años es una mesa interministerial que tiene tres pilares: el primero es el de la reafirmación de la soberanía argentina sobre Malvinas con un importante despliegue diplomático en todos los países donde Argentina tiene representación diplomática, y sobre todo en los organismos internacionales y regionales.

El segundo pilar es el de la conmemoración de los actos heroicos de nuestros caídos en Malvinas, y el homenaje y reconocimiento a nuestros veteranos.

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El tercer pilar tiene que ver con demostrar la acción efectiva de la Argentina en el ejercicio de su soberanía en las áreas que no están disputadas. El pueblo argentino ha vivido su territorialidad muy volcada sobre el continente, y no tenemos una conciencia marítima y oceánica muy arraigada. Por ello, estamos buscando que la presencia del Estado argentino en el territorio marítimo sea realmente efectiva. Eso implica mayor compromiso en el control de la pesca ilegal, mayor investigación científica en la Antártica, así como cooperación con los países que tienen actividades ahí, como el Perú, Chile y Brasil.

Es una agenda que va a estar muy orientada para que la cuestión Malvinas no solo sea una causa nacional, sino también una causa regional -los peruanos nos lo demuestran con su natural identificación con ella- y global frente a los últimos vestigios de colonialismo, que es el caso de las islas Malvinas.

El embajador Guillermo Carmona, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la República Argentina, visitó Lima recientemente y tuvo varias reuniones en el Congreso de la República. FOTO: RENZO SALAZAR
El embajador Guillermo Carmona, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la República Argentina, visitó Lima recientemente y tuvo varias reuniones en el Congreso de la República. FOTO: RENZO SALAZAR
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- ¿Se trata entonces de un reforzamiento de la posición sobre la soberanía de las islas? ¿Hay un cambio respecto a cómo se ha tratado el tema en los diferentes gobiernos?

Argentina tiene una política de Estado sobre Malvinas que está escrita en nuestra Constitución nacional, donde se establece que la recuperación del ejercicio de nuestra soberanía es un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.

Todos los gobiernos han tenido un accionar diplomático ajustado a ese mandato de manera invariable, gobernara quien gobernara. Lo que ha habido es una intensidad distinta, pero la Argentina nunca abandonó su reivindicación de soberanía. El presidente Alberto Fernández considera que la cuestión Malvinas tiene que ser reposicionada en función de que llevamos 40 años de congelamiento de las negociaciones. Hubo negociaciones entre Argentina y el Reino Unido antes de la Guerra de Malvinas (1982), y el Reino Unido se ha cerrado en su negativa para que éstas se retomen, por lo tanto el actual gobierno ha planteado la necesidad de que reposicionemos la cuestión Malvinas como una forma de proponerle al Reino Unido que generemos instancias de diálogo. La situación en el mundo lo exige. El Reino Unido está militarizando el Atlántico sur. Hay una situación de acción ilegal en los términos de la legislación argentina, pero también en términos del derecho internacional, de actividad hidrocarburífera y de depredación pesquera. Es una situación anacrónica en pleno siglo XXI.

Islas Malvinas.
Islas Malvinas.

- La cuestión Malvinas es un tema que sigue siendo muy sensible para los argentinos. Esta estrategia de reforzamiento coincide con una baja aprobación de la gestión presidencial…

No coincido con que el gobierno no tenga aprobación. Es un gobierno que ha mantenido primera minoría en las dos cámaras legislativas en las elecciones de hace dos semanas, y que ha enfrentado la pandemia y una situación muy crítica que generó el gobierno precedente. Nosotros estamos cumpliendo lo que dice la Constitución nacional, y por otro lado, el pueblo argentino no solo tiene un sentimiento en relación con Malvinas, también hay argumentos históricos, jurídicos y geográficos para sostener nuestra pretensión de soberanía. Lo más importante es cómo fue recibida la propuesta del presidente Fernández de reposicionar la cuestión Malvinas. Se remitió al Congreso nacional un proyecto de ley creando el Consejo Nacional Malvinas, que fue votado por unanimidad y el cual integra el oficialismo y la oposición con representación parlamentaria, con académicos, veteranos de guerra y miembros el Poder Ejecutivo. Entonces, hay una expresión muy contundente de la reafirmación de la soberanía argentina sobre Malvinas.

- Para el Reino Unido se trata de un tema cerrado. ¿Cómo piensan convencerlos de retomar las negociaciones?

El tema no está cerrado porque Argentina persiste en el reclamo de soberanía, la ONU insiste en que hay una situación colonial que tiene que resolverse y porque la comunidad internacional mayoritariamente señala que es un tema que está abierto. Los británicos han sostenido su negativa al proceso de descolonización en los años 60 y 70, pero en esos años la descolonización avanzó en África y Asia. Son muy pocos los casos de situaciones coloniales que existen, y la mayoría son de sitios en el mundo que están ocupados por el Reino Unido.

En esta foto del 2012, argentinos protestan frente a la embajada británica en Buenos Aires (Argentina), donde exigieron la ruptura de relaciones diplomáticas con el Reino Unido a raíz de su negativa a negociar la soberanía de las islas Malvinas. EFE/LEO LA VALLE ARGENTINA MALVINAS
En esta foto del 2012, argentinos protestan frente a la embajada británica en Buenos Aires (Argentina), donde exigieron la ruptura de relaciones diplomáticas con el Reino Unido a raíz de su negativa a negociar la soberanía de las islas Malvinas. EFE/LEO LA VALLE ARGENTINA MALVINAS
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- ¿Cómo sería esa estrategia a nivel regional? Actualmente, la mayoría de nuestros países están enfocados en la crisis sanitaria y económica. ¿Cómo embarcarlos en esta causa?

Los países del continente americano comparten una posición común, que se ha expresado hace dos semanas en la OEA en una resolución adoptada por aclamación, donde instan a las partes a retomar las negociaciones. En segundo lugar, el comité de descolonización de la ONU volvió a reiterar que se retomen las negociaciones y ha pedido al secretario general de que lleve a cabo los buenos oficios en favor de que las partes se sienten en la mesa de diálogo. Es una cuestión que se viene reiterando año a año, y ya es momento que la Secretaría General de la ONU tome cartas en el asunto.

Y en tercer lugar, estamos en un mundo cambiante. El hecho de que el Reino Unido no pertenezca a la Unión Europea genera un nuevo escenario y nosotros visualizamos una mayor apertura y predisposición de los países europeos a prestar atención a este caso.

En abril de 1982 se inició la Guerra de las Malvinas, que enfrentó a tropas británicas y argentinas durante dos meses. (Foto: Reuters)
En abril de 1982 se inició la Guerra de las Malvinas, que enfrentó a tropas británicas y argentinas durante dos meses. (Foto: Reuters)
/ HO

- ¿Qué pasa con los habitantes de las islas? Hace unos años ellos votaron por permanecer en el Reino Unido…

La Constitución argentina reconoce el modo de vida de los isleños, somos respetuosos de su cultura, tradiciones e idioma, pero hemos señalado también que los habitantes británicos que se instalaron a partir de 1833 han sido parte de una estrategia de ocupación de las islas. No se puede reconocer el derecho de autodeterminación a una población que fue implantada como parte de una estrategia colonial. Se trata de 3 mil habitantes, y en determinadas épocas del año hay tantos habitantes de las islas como personal militar, que es parte de la dotación británica en un complejo militar que es una amenaza para la Argentina y toda la región. La negativa de parte de los isleños se relaciona con una acción de sostenimiento de la presencia colonial, y se relaciona también con una política migratoria absolutamente restrictiva para los argentinos. Un argentino puede radicarse, comerciar, invertir, estudiar o comprar propiedades en Londres, pero nada de eso podemos hacer en Malvinas, con lo cual vemos que hay una estrategia de generar una sociedad isleña cerrada a la posibilidad del diálogo y el entendimiento con los argentinos. Se trata de una estrategia de sostenimiento del colonialismo.

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