A Rajoy y Cospedal les hice entregas en efectivo en 2008, 2009 y 2010, dijo este lunes ante el juez Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular (PP) de España.
Con este último órdago, Bárcenas quien por primera vez admitió la autoría de la supuesta contabilidad paralela del grupo desplegó en el tribunal su estrategia de ataque al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en quien hasta hace pocos meses veía un fiable aliado.
Apenas una hora después de que esa acusación trascendiera, un Rajoy fiel a su carácter tranquilo y escueto en explicaciones confirmó que seguirá en el gobierno: El gran valor que tiene este país es su estabilidad política.
Mucho han cambiado las cosas en muy poco tiempo. Bárcenas, quien por dos décadas fue uno de los hombres más poderosos del PP es visto ahora por muchos como su enemigo número uno.
Pero el hombre que mantiene en vilo al gobierno de España nunca fue un político de primera línea. Hasta que la justicia lo llevó a las portadas de los diarios.
Antes de que explotara el escándalo de corrupción que ahora le implica y que salpica directamente al gobierno de Rajoy, pocos españoles hubieran sabido decir el nombre de ese hombre de 55 años, pelo gris escrupulosamente peinado hacia atrás y mirada desafiante que ahora no pasa un día sin que ocupe las pantallas de sus televisores.
Sin embargo, durante dos décadas, entre bambalinas, Bárcenas fue uno de los hombres más influyentes de la política española. Entre 1990 y 2010, como gerente y tesorero del Partido Popular, por sus manos pasaron las cuentas del partido mayoritario del país.
Unas cuentas que, según la justicia, podrían poner en evidencia un sistema de financiación ilegal del partido y que sembraron dudas sobre presuntos pagos extraordinarios sin declarar a los principales dirigentes populares, entre ellos, el actual presidente del gobierno, Mariano Rajoy.
Hoy Bárcenas cuenta los días en la prisión, donde ingresó el pasado 27 de junio de forma incondicional y sin fianza ante lo que el juez Pablo Ruz consideró riesgo de fuga.
Pero muchos creen que, desde la cárcel de Soto del Real en Madrid, Bárcenas sigue manteniendo el poder suficiente –en forma de información- como para hacer que el gobierno se tambalee.
HOMBRE DE PARTIDO Durante dos décadas, Luis Bárcenas fue fundamentalmente un hombre de partido, un gestor del aparato político, de los que rara vez participan en mítines multitudinarios y se someten al examen de las urnas.
Sólo en dos legislaturas, en 2004 y 2008, este economista amante del esquí y la escalada nacido en Huelva en el extremo sur de España se desempeñó como senador por Cantabria, una provincia situada en el norte de la Península.
Pero en 2009, involuntariamente, Bárcenas pasó a ocupar el escenario principal de la política española.
En febrero de ese año, la justicia imputó al entonces tesorero del PP y senador dentro del caso Gurtel, que investiga una trama de corrupción relacionada con ese grupo.
En aquel entonces Mariano Rajoy, en ese momento líder de la oposición, se mostró convencido de la inocencia de Bárcenas.
Ellos afirman su inocencia y yo estoy convencido de que nadie podrá probar que no son inocentes, afirmó en un acto en el País Vasco en abril de 2009.
Estas palabras de Rajoy, en los años venideros, serían utilizadas como arma arrojadiza por la oposición en numerosas ocasiones.
CAÍDA EN DESGRACIA El 22 de julio de 2009, Bárcenas compareció ante el juez y sólo seis días después dimitió como tesorero del PP, aunque defendió su inocencia y mantuvo el apoyo oficial del partido.
La renuncia es transitoria hasta que quede acreditada su inocencia ante las instancias judiciales. No se procederá a la sustitución de Luis Bárcenas como tesorero nacional del Partido Popular, decía el comunicado del partido.
Pero los cuatro años siguientes marcaron la caída en desgracia de Bárcenas: en abril de 2010 presentó su dimisión definitiva como tesorero, su baja temporal en el partido y su renuncia al cargo de senador.
Y a medida que la investigación judicial avanzaba y la prensa publicaba revelaciones que apuntaban a una presunta contabilidad paralela en las cuentas del partido –que incluye presuntos cobros extraordinarios irregulares por parte de los miembros de la cúpula-, Bárcenas fue perdiendo defensores. Al menos en público.
LOS PAPELES DE BÁRCENAS No obstante, a partir de 2013 la relación entre Bárcenas y el Partido Popular ha sido de enfrentamiento frontal y abierto.
En enero se conoció que Bárcenas tuvo cuentas en Suiza con al menos 22 millones de euros y los diarios El País y El Mundo publicaron los que a partir de ese momento se conocerían como los papeles de Bárcenas: detalles supuestamente manuscritos por el propio extesorero en los que figuran presuntas donaciones de empresas al PP y presuntos pagos a cargos públicos y miembros del partido.
Estos sobresueldos opacos, como los denominó El País, dieron un giro al caso Bárcenas, que adquirió una dimensión que trasciende su propia figura y que amenaza a salpicar a miembros del gobierno, incluido Mariano Rajoy.
Hasta que este lunes asumió su autoría, Bárcenas siempre negó que esos papeles estuvieran escritos de su puño y letra.
ENFRENTAMIENTO CON EL PP Desde el Partido Popular se insistió en la falsedad de los documentos y se presentaron demandas contra El País y contra Bárcenas por vulnerar el derecho al honor.
En los últimos meses, el nombre de Bárcenas desapareció del discurso público del gobierno. Aparentemente, la ruptura entre el PP y su extesorero es total.
Bárcenas se sintió abandonado por su partido interpuso una demanda por despido improcedente y, según los analistas, cambió de estrategia y comenzó a filtrar informaciones delicadas, como los últimos mensajes de texto compartidos con Mariano Rajoy publicados este fin de semana por El Mundo.
Mariano Rajoy guarda silencio y evita pronunciarse sobre el caso, con el que asegura que no tiene ninguna relación.
Preguntado por su relación con Bárcenas, ya en enero, el presidente del gobierno aseguró no recordar cuándo fue la última vez que habló con él.
Sin embargo, este fin de semana el diario El Mundo difundió una serie de mensajes de texto entre Rajoy y Bárcenas que apuntan que el presidente del gobierno y Bárcenas mantuvieron contacto, al menos hasta el 6 de marzo de 2013.
Tras estas revelaciones, la oposición pidió la dimisión del presidente del gobierno.
Este lunes, Luis Bárcenas declaró durante horas ante el juez. Por primera vez aceptó que los papeles de Bárcenas eran obra suya y volvió a remover el avispero al declarar que pagó dinero en metálico a Rajoy en 2008, 2009 y 2010.
El mandatario descartó que vaya a dimitir y evitó dar explicaciones sobre ese punto. Cuando tenga algo que decir, lo diré, señaló.
La duda ahora es si Bárcenas aportará documentación que acredite sus últimas acusaciones y si ese ataque frontal tendrá la suficiente fuerza como para hacer caer a un gobierno por primera vez desde 1981.