A sus 16 años, la activista pakistaní Malala Yousafzai fue ovacionada hoy por cientos de personas en la sede del Banco Mundial (BM) por su discurso a favor de la igualdad de la mujer y la educación en el que pidió más dinero para profesores que para soldados.
Malala celebró el Día Internacional de las Niñas con un coloquio con el presidente del BM, Jim Yong Kim, en el que defendió el valor de la educación como base del desarrollo y la paz en el mundo.
La joven recordó a los Estados Unidos que la gente que sufre en Afganistán y Pakistán también quiere el fin de terrorismo, pero si se quiere acabar la guerra con otra guerra nunca se alcanzará la paz. El dinero gastado en tanques, en armas y soldados se debe gastar en libros, lápices, escuelas y profesores.
Los ecos de la voz de Malala sonaron en el gigantesco vestíbulo de la sede del Banco Mundial, repleto de jóvenes estudiantes, mujeres y funcionarios asistentes a la asamblea anual del BM y el FMI, con una autoridad que no dejó indiferente a nadie.
“QUEREMOS QUE ESCUCHEN A LA GENTE” No alzo mi voz para gritar, sino para que aquellos sin voz puedan ser escuchados, aseguró Malala.
No queremos políticos que tomen todas sus decisiones con el único objetivo de imponer sus ideologías, lo que queremos es que escuchen a la gente, indicó Malala, que había sido nominada para el Premio Nobel de la Paz, que hoy fue fallado a favor de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Malala, que recibió justo hace un año un disparo en la cabeza en un atentado talibán contra ella en el Valle del Swat (noroeste de Pakistán), dijo que debido a su activismo a favor del derecho de la mujer a recibir educación y a sus denuncias de la represión talibán en su región supo que la iban a intentar matar.
Sabía que me iban a disparar, pero no quise parar mi campaña (contra la influencia talibán y a favor de la educación). Estaba preparada para que me dispararan, aseguró Malala, que presentó en el coloquio su libro Yo soy Malala y su fundación Malala Fund.
El presidente del BM anunció un aporte de 200.000 dólares para la fundación, dedicada a promover el acceso a la educación de las mujeres, una carencia en muchos países pobres.