“Mandé al demonio a la maldita revolución cubana”
“Mandé al demonio a la maldita revolución cubana”
Roger Zuzunaga Ruiz

El poeta Rodolfo Hinostroza (1941-2016) nos dio esta entrevista inédita en octubre del 2012 sobre su paso por la Cuba de entre 1961 y 1962, cuando estuvo en la isla por motivos académicos.

► —¿Qué recuerdos tiene de su viaje a Cuba en 1961?

Pasé los dos años más difíciles de mi vida en Cuba. Nos perseguían por todas partes, nos leían el correo, nos quitaban la pensión. Nos hostigaban. 

► —¿Cómo vivió la crisis de los misiles de 1962?

Un día llegamos al comedor y nos enteramos de que Cuba estaba en emergencia. Nos conminaron a que a medianoche pasáramos a recibir uniformes de campaña. Nos entregaron nuestra mochila y un fusil. A las 4 de la mañana nos llevaron a un cuartel. Pasé mi cumpleaños ahí. No nos daban ninguna información, nos hacían marchar todo el día. 

► —¿Sabían que había misiles nucleares en Cuba?

Ya lo sabíamos porque los cubanos son muy habladores. Además, la radio de EE.UU. transmitía. Fidel Castro quería sacrificar a un paisito de cuatro millones de habitantes. Estaba completamente chiflado. Ahora se sabe que él le pidió la bomba a Nikita Kruschev a través de una carta. Era un pedido a la destrucción de la humanidad. Un pedido de un líder izquierdista. No tiene talla de estadista. Para mí es una completa basura. Ahí se me cayó completamente. 

► —¿Fidel apelaba mucho a la paranoia?

Es que él era un paranoico. Cuba pasó de ser la primera economía en América Latina en los años 50 a estar como Haití. Fidel ha batido el récord Guinness de la dictadura mundial. Cómo es posible que un señor dé un golpe para quedarse más de 50 años. República banana se llama eso.

► —¿Y quienes se fueron a estudiar sabían que también los formarían para la guerrilla?

No. Fue totalmente desilusionante para ellos. No hicieron la guerrilla ni estudiaron, se quedaron tirados por ahí. 

► —¿Y cómo sale de Cuba?

Porque mataron a Javier Heraud. Esa fue nuestra salida dramática. Se reveló todo el plan. Ya no había ningún secreto que mantener. Yo exijo salir. Y nos dicen “está bien, váyanse, pero ustedes se pagan sus pasajes. Y tienen que ir seis meses a hacer la zafra en Cuba y les pagamos para que se compren sus pasajes”. Yo les contesté: “¿Y si tengo la plata?”. Me habían pagado 300 dólares por el primer derecho de autor de mi libro “Consejero del lobo”, así que les di mi dinero, me dieron el pasaje y mandé al demonio a los cubanos con su maldita revolución. Mire para qué les ha servido. 

► —¿Qué influencia tuvo Fidel Castro en el Perú en ese entonces?

Hasta ahora la tiene. Es el colmo que todavía la izquierda peruana no deslinde de ese dictador. ¿Y así quieren un pensamiento renovado de izquierda? ¿Qué izquierda es esa? ¿La que no ha hecho nada por el Perú y propició el surgimiento de Sendero Luminoso? Yo entrevisté a Barrantes cuando era amigo mío. Le pregunté si hará un deslinde con sendero y me queda mirando y me dice "Rodolfo, según Marx la violencia es parte de la revolución". Con eso está dicho todo. No querían deslindar con la violencia. Todavía no creen que se ha caído el Muro de Berlín. No ha hecho ninguna reflexión histórica. 

► —¿Ha regresado a Cuba?

Estoy prohibido de volver a Cuba. Antes del veto, yo firmé una carta a Fidel Castro cuando metieron preso al poeta Heberto Padilla. Y Fidel nos dijo que éramos unos roedores. Yo voy a ir sobre los huesos de Fidel Castro, no antes de que se muera ese señor, y escupiré sobre su tumba. 

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