Las autoridades de Filipinas elevaron hoy a 18 el número de muertos y a 1,75 millones los afectados por las inundaciones y las lluvias torrenciales causadas por la tormenta tropical Trami en el norte del país desde el domingo.
Del grupo de damnificados, unos 560 mil filipinos se encuentran desplazados y de estos 214,857 han buscado atención en alguno de los 718 centros de evacuados disponibles; el resto ha ido a casa de familiares o amigos, según los últimos datos del Consejo Nacional de Prevención y Respuesta de Desastres.
Cuatro personas siguen dadas por desaparecidas, todas ellas filipinos de entre 20 y 49 años.
Un total de 83 poblaciones de la isla de Luzón, incluida Manila, han sido declaradas bajo el estado de calamidad, lo que permite el desembolso de fondos especiales.
AÚN NO SE VA A pesar de que la tormenta tropical que los filipinos llaman Maring se encuentra en China, hoy todavía se registraron precipitaciones de leves a moderadas en las provincias de Bulacan, Pampanga, Rizal y Tarlac, todas en Luzón.
La actividad comercial en Manila, que ha llegado a estar anegada en más de la mitad de su superficie, ha comenzado a volver a la normalidad con la apertura del mercado financiero, colegios y oficinas gubernamentales.
Desde el pasado domingo hasta hoy, Manila y las provincias vecinas han tenido las precipitaciones más copiosas de los últimos cuatro años.
Según los registros del servicio meteorológico filipino, en los últimos cuatro días se ha recogido en la capital cerca de un 30 % más de lluvia que el total del promedio mensual de agosto.
El chabolismo, la acumulación de basura en el alcantarillado y las malas infraestructuras convierten en desastres las lluvias monzónicas que todos los años causan numerosas víctimas en Filipinas.
De 15 a 20 tifones pasan cada año por el archipiélago filipino durante la estación lluviosa, que empieza entre mayo y junio y concluye sobre noviembre.