Militantes islamistas mantenían rehenes el domingo en un centro comercial de Nairobi, donde al menos 68 personas murieron en un ataque lanzado por el grupo insurgente somalí Al Shabab, que exigió a Kenia retirar sus tropas del país vecino.

Breves tiroteos y una explosión interrumpieron horas de estancamiento, pero a pesar de rumores sobre un operativo de las fuerzas locales para rescatar a los rehenes, la crisis se extendía tras caer la noche.

Las señales de teléfonos celulares comenzaron a suspenderse en el área. El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, que ha prometido ser firme ante los militantes somalíes, fue cauteloso sobre el resultado de la crisis al decir que las posibilidades de que los atacantes sean neutralizados eran tan buenas como podríamos esperar.

Castigaremos a los perpetradores rápida y dolorosamente, dijo. Además de los fallecidos, más de 175 personas resultaron heridas en el ataque que comenzó alrededor del mediodía del sábado, cuando el centro comercial se encontraba atestado.

Funcionarios no dijeron cuántos rehenes había al interior del edificio, aunque una estación de televisión keniana mencionó que había 30 personas retenidas. En el transcurso del domingo fueron saliendo algunas personas que habían estado atrapadas en el centro comercial.

PROCEDENTES DE EE.UU. Tres de los atacantes en el asalto al centro comercial de Nairobi (Kenia), en el que han muerto al menos 68 personas, residieron en Estados Unidos, según indicaron fuentes de la milicia islámica Al Shabab citadas por el canal CNN.

El medio no aclaró si esos tres atacantes tienen nacionalidad estadounidense o solo que residieron en los estados de Minesota y Misuri, donde hay una importante población inmigrante del Cuerno de África.