La Cámara de Diputados de México aprobó la más reforma energética que abre la industria petrolera a la inversión privada y pone fin al monopolio estatal.

Una tumultuosa sesión de 20 horas de debate, que incluyó una pelea de puños entre las diputadas Landy Berzunza, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Karen Quiroga, del Partido de la Revolución Democrática (PRD); y un striptease por parte del representante Antonio García Conejo del PRD, culminó con la votación que aprobó la ley impulsada por el oficialismo.

La cámara de diputados, avaló con 353 votos a favor, y 134 en contra la reforma que modifica la constitución y permite al gobierno dar contratos y licencias a empresas nacionales y extranjeras. De esta forma, el sector privado puede participar en la exploración y producción de petróleo y gas.

Previamente aprobada por el Senado, el presidente Enrique Peña Nieto prácticamente logró el avance de su principal reforma de una serie de propuestas de modificaciones legales con las que busca transformar a México, la segunda economía de Latinoamérica.

La reforma toca fibras sensibles en un país que en las últimas décadas ha visto a la industria petrolera como un símbolo de soberanía y nacionalismo. La industria petrolera fue nacionalizada en 1938. Lo que hace que la ley sea histórica, puesto que rompe con 75 años de monopolio estatal en el sector energético.

Hasta ahora la empresa estatal Petróleos Mexicanos tenía el monopolio en materia petrolera.

Para entrar en vigencia, la ley aún debe ser aprobada en por al menos 17 de los 31 congresos estatales, aunque esto es casi un hecho dado que el oficialista Partido Revolucionario Institucional domina en la mayoría de los estados.