Desde el inicio del conflicto en Siria, más de 60 mil personas han muerto. El dato de las Naciones Unidas es así: frío, contundente. Mohamad Alí, un sobreviviente sirio, pudo ser parte de esa sangrienta estadística. Sin embargo, la suya se convirtió en una historia que puede resumirse como milagrosa.

Radicado en Beirut, decidió un buen día viajar al norte de Siria para visitar a unos familiares. Corría el mes de agosto del 2012 cuando fue interceptado en un puesto de control por un grupo de hombres, aparentemente de servicio de inteligencia. Le confiscaron todo lo que tenía: documentos, dinero, joyas, etc.

En su testimonio contado a BBC Mundo, reveló que luego de tres días lo llevaron, junto a otros 20 hombres a un campo donde lo pensaban ejecutar. Los vendaron y luego les dispararon. Al escuchar los primeros tiros, Mohamad Alí, se desmayó. Luego de 15 minutos se despertó herido de cinco disparos y con los otros sujetos muertos.

Fue el único sobreviviente y así, herido, sangrando, buscó ayuda. Caminó por dos horas hasta que un grupo de hombres lo llevó a un hospital. Han pasado algunos meses desde ese episodio. Pudo cruzar la frontera de manera ilegal y hoy trabaja en una estación de gasolina en Turquía. Lo perdió todo menos la vida. Con un trabajo humilde y sin documentos planea empezar de nuevo.

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