En suelo alemán rige la ley alemana, con estas palabras el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, advierte a Washington de que embajadas y diplomáticos en suelo alemán deben respetar la ley germana, que determina que las escuchas telefónicas son delito.

A través de un comunicado oficial, Westerwelle, quien el jueves convocó al embajador estadounidense en Berlín, confió en que Washington comparta que el espionaje entre amigos y aliados no es procedente.

Para el ministro de asuntos exteriores, estas prácticas son una amenaza que puede minar los lazos que unen a los dos países, señaló EFE.

El comunicado se emitió tras las duras declaraciones del titular del Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, quien resaltó en una entrevista al dominical ‘Bild am Sonntag’ que espiar es un delito y los responsables deben responder por ello, ya que supone violar la soberanía nacional.

Si los estadounidenses han pinchado teléfonos en Alemania, han infringido la ley alemana en territorio alemán, enfatizó Friedrich.

NUEVAS REVELACIONES El dominical también reveló que “Obama fue informado de las escuchas (que se hacían del celular de Angela Merkel) por el director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Keith Alexaner, en 2010”. Pese a ello, Barack Obama no pidió suspender el programa, sino que solicitó un informe completo sobre la canciller, señala la publicación citando fuentes de los servicios secretos de Estados Unidos

Alemania ha anunciado que enviará una delegación de alto nivel a Estados Unidos en los próximos días. El objetivo será recabar datos de la Casa Blanca y de los servicios de inteligencia.

La información registrada por el equipo de agentes de la la NSA que trabajan en la embajada estadounidense en Berlín, se enviaba directamente a la Casa Blanca. Esto sin pasar primero, como es habitual, por la central de la agencia en Fort Meade en Maryland.

MERKEL ESPIADA DESDE EL 2002 De acuerdo al semanario Der Spiegel, las comunicaciones telefónicas de la premier han sido objetivo de la NSA desde 2002, tres años antes de que ganara las elecciones. Como ella, ese mismo año se inició el espionaje al entonces canciller, Gerhard Schroeder, informó el Bild am Sonntag.

El programa se puso en marcha bajo el mandato de George W. Bush, cuando Schroeder rechazó que tropas alemanas participaran en la guerra de Irak.