Si se mide en espíritu, es difícil que un alma se cuestione el éxito de la misa del papa Francisco en la playa Copacabana el fin de semana pasado. El Vaticano informó que una cifra histórica de 3,7 millones de personas asistieron a ver y escuchar al Sumo Pontífice el domingo, una cantidad asombrosa que la convirtió en la segunda misa papal más grande de la historia.
Sin embargo, no todos están seguros de este número. Mauro Paulino, el director de investigaciones de Datafolha, una de las principales firmas de encuestas y estadísticas de Brasil, dijo que sobre la base del tamaño del área y estimados razonables de densidad, él coloca la multitud que asistió a la misa del domingo entre 1,2 millones y 1,5 millones de personas.
Por su parte, Clark McPhail, profesor emérito de Sociología de la Universidad de Illinois que ha estudiado los conteos de multitudes durante cuatro decenios, dijo haberse asombrado cuando escuchó el estimado del Vaticano.
Según el conteo, la densidad en una zona de Copacabana y sus calles adyacentes, que abarcaban unos 497.000 metros cuadrados (594,400 yardas cuadradas), habría sido de 7,4 personas por metro cuadrado.
MacPhail pone en duda que, de esa manera, los fieles hubiesen podido realizar movimientos, saltar, bailar, etc., actividades que se vieron en la orilla de los 4 kilómetros de playa (2,4 millas) en donde se congregó la gente por la visita del Papa.