El presidente Mohamed Mursi rechazó el martes un ultimátum del Ejército para forzar una resolución de la crisis política, mientras el partido gobernante Hermanos Musulmanes buscaba convocar a sus partidarios a defender al presidente.
Pero el líder islamista pareció cada vez más aislado, tras la aparente renuncia de ministros, la oposición liberal negándose a conversar con él y las fuerzas armadas, respaldadas por millones de manifestantes en la calle, dándole hasta el miércoles para que llegue a un acuerdo para compartir el poder.
En un desafiante comunicado difundido en la madrugada, la oficina de Mursi dijo que el presidente no había sido consultado antes de que el jefe de las fuerzas armadas fijara un plazo de 48 horas para un acuerdo sobre cómo compartirá el poder y agregó que continuaría con sus planes para la reconciliación nacional.
La oficina presidencial informó que Mursi estaba reunido con el jefe de las fuerzas armadas, el general Abdel Fateh al-Sisi, y el primer ministro, Hisham Kandil, por segundo día consecutivo.
¿RENUNCIÓ EL GOBIERNO? Fuentes gubernamentales consultadas por EFE insistieron en que el Ejecutivo puso durante la reunión su continuidad a disposición de Mursi.
Cinco ministros, entre ellos el de Exteriores, Mohamed Kamel Amr, han presentado su renuncia a Qandil en las últimas horas, y tampoco participaron en la reunión del Gobierno con Mursi.
Esta información fue desmentida por un portavoz del gobierno argumentando que sí han renunciado los portavoces presidenciales, Omar Amer e Ihab Fahmi, además del portavoz del Consejo de Ministros, Alaa al Hadidi.