ROLANDO CHUMPITAZI
Ubicada a 3.500 metros de altura, Namche Bazar es la puerta de entrada al Everest. Tras cuatro horas de caminata, he llegado sudando y (casi) arrastrando los pies hasta el Yak Hotel, ubicado en la parte alta del pueblo, a 3.551 m.s.n.m., y donde la vista es especialmente espectacular pese a que la neblina, a eso de las 2 de la tarde, se empeña en tapar los nevados que se ven desde mi habitación.
El trayecto de hoy ha sido especialmente complicado, porque si bien mirando el mapa veremos que es más corto que el de ayer, esto es solo en apariencia, pues la jornada se ha caracterizado por elevadas cumbres y cerradas curvas. Además, ha habido tráfico de bajada, lo que dificulta más el trekking por lo angosto del camino.
Ni más saliendo de Monjo, hemos pasado por Thumbug, donde está el puesto de control que te permite ingresar al Parque Nacional Sagarmatha (Everest, en nepalí). Ha sido pasando el puente de Larja Dobham donde el viaje se ha pagado por sí solo. Tras un agotador ascenso a una colina, el Everest, majestuoso, aparece ante nuestros ojos. No importa si lo vemos a una distancia aproximada de 5 horas de camino. Saber que está allí, frente a uno, es suficiente combustible para llegar a nuestro destino.
Hemos llegado a Namche Bazar pasado el mediodía. La capital del pueblo sherpa nos ha recibido con un sol espectacular y un vientecillo helado que refresca. La tarde a descansar, estirar las piernas. Luego tenemos tiempo para una entrevista con Carlos Soria, y mañana, Khumjung nos espera. En el camino, nos espera otra vez el Everest.