RAÚL MAYO

Las playas de los ríos del interior de Satipo, en especial del río Ene, vienen siendo utilizadas como pistas de aterrizaje por los narcoterroristas en una creciente actividad de tráfico de drogas, en la selva central que comprende el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Sumado a la actividad de las pistas clandestinas abiertas en pleno monte, se efectúan hasta 8 vuelos semanales de avionetas cargadas con droga que se dirigen a Bolivia.

Fuentes militares fidedignas informaron que también se están utilizando partes de las carreteras construidas últimamente por los municipios de San Martín de Pangoa y Río Tambo para que aterricen las avionetas que sacan la droga.

La información del aumento del narcotráfico fue confirmada por la presidenta de la Central de Comunidades Campesinas de la Selva Central (CARE), Ruth Buendía Metzoquiari.

La dirigente, en declaraciones a periodistas en Madrid, manifestó: “El terrorismo está reviviendo; también hay un gran problema con el narcotráfico; hay numerosos aeropuertos clandestinos, pese a la presencia de militares en la zona. Los militares dicen que no pueden intervenir porque no es competencia suya, que es de la policía. Pero la policía no llega nunca ahí”.

APOYO TERRORISTA Según información del Comando Especial del Vraem, la actividad ilícita del transporte de droga por vía aérea cuenta con el apoyo de un grupo fuertemente armado dirigido por Víctor Quispe Palomino, alias ‘José’ o ‘Iván’. El grupo se encarga de brindar protección a los narcotraficantes en la zona del Vraem, desde el acopio, traslado y entrega a los narcotraficantes extranjeros, que llegan en avionetas para transportar la droga a Bolivia.

Sin embargo, dice el comando del Vraem, los narcoterroristas forman cordones de seguridad por lo que es muy difícil que las Fuerzas Armadas o policiales los intervengan por tierra. De allí que la interdicción se tiene que efectuar con helicópteros y basados en estrictos informes de inteligencia.

El coronel PNP Jesús Rojas Alegría, jefe de la División de Operaciones Especiales Antidrogas Los Sinchis de Mazamari, al ser consultado sobre el uso de tramos de carretera para que aterricen aviones, dijo que tienen información que aún no ha sido confirmada. Sin embargo, aseguró: “Los campos de aterrizaje no controlados que utilizan los narcos son en su mayoría playas que se forman en los ríos Ene y Apurímac, debido a la baja del caudal. Estos sirven para el decolaje y aterrizaje de avionetas de matrícula boliviana”.

En algunas zonas los narcotraficantes operan libremente en las pistas de aterrizaje debido a que pagan cupos de hasta de 10 mil dólares a los pobladores de la zona para que no los denuncien, según informaron fuentes confiables del lugar.

Por esto, los vuelos van en aumento y muy pocas veces se producen decomisos de droga o dinero.