La historia en papel está mejor preservada. (Foto: BBC)
La historia en papel está mejor preservada. (Foto: BBC)

El 28 de enero de 2011, el tercer da de las protestas feroces que eventualmente terminaran con el gobierno del presidente egipcio Hosni Mubarak, un usuario de Twitter llamado Farrah subi el vnculo a una foto que, supuestamente, mostraba a un hombre armado mientras corra por un techo durante los enfrentamientos entre polica y manifestantes en Suez.

Digo supuestamente porque ambos, el tuit y la foto con el vnculo, ya no estn. En su lugar hay un aviso de error que indica que tanto el mensaje como su contenido no existen.

Pocas cosas son tan explcitamente efmeras como un tuit. No obstante es precisamente esta clase de comunicacin efmera un comentario, la actualizacin de un estado, una informacin compartida o diseminada la que yace en el corazn de muchos hechos histricos contemporneos.

Es tambin un registro histrico fundamental que, a menos que seamos cuidadosos, se puede perder antes de que seamos conscientes de su importancia. LO QUE EL TIEMPO SE LLEV Consideremos un estudio publicado en septiembre por Hany SalahEldeen y Michael L Nelson, dos cientficos informticos en la Universidad Old Dominion, Virginia, Estados Unidos.

El ensayo, llamado Perdiendo mi revolucin: cuntos de los recursos compartidos en redes sociales se han perdido?, tom seis eventos muy significativos de los ltimos aos el brote del virus H1N1, la muerte de Michael Jackson, las elecciones iranes y las posteriores protestas, el Premio Nobel de la Paz para Barack Obama, la revolucin egipcia y el conflicto sirio y estableci una muestra representativa de tuits que discuten los hechos.

Luego analiz los recursos vinculados a esos tuits y confirm si dichos vnculos son todava accesibles, si han sido preservados en archivos digitales o si han dejado de existir.

Los hallazgos son sorprendentes: en promedio, un ao despus de cada evento, 11% del contenido vinculado a estos tuits haba desaparecido y slo el 20% haba sido archivado.

La tendencia contina con el tiempo: dos aos y medio despus del evento, un 27% se haba perdido y un 41% haba sido guardado. DESHILANDO sta es apenas una investigacin y de carcter preliminar. Las cifras, sin embargo, sugieren una tendencia clara: la prdida de ms del 10% de recursos compartidos a travs de redes sociales cada ao, incluso cuando se tiene en cuenta lo archivado.

Esto no quiere decir que los tuits mismos se desvanecen.

Para aquellos que quieran analizar exhaustivamente tendencias dentro de las redes sociales, servicios como Gnip que, por un determinado precio, promete un completo acceso a todo tuit pblicamente disponible, desde el primero, publicado el 21 de marzo de 2006 ofrecen un chorro de datos, muy apreciado por firmas de marketing e investigacin.

Lo que es ms vulnerable es el tejido de conexiones al que las redes sociales sirven de ventana: los nexos de fuentes, recursos, sonidos, imgenes y actualizaciones que juntos constituyen el material del que est hecha la experiencia cotidiana de millones de personas.

Una firma comercial puede ser capaz de vendernos todos y cada uno de los tuits que han sido enviados jams, y otra puede hacer lo mismo con otros servicios de redes sociales.

Pero como indica el estudio de SalahEldeen y Nelson, preservar esos hilos individuales no impide que se deshaga el tapiz de nuestra historia presente. EL PASADO EST MS SEGURO Se trata de un fenmeno en el que he estado pensando mucho, al investigar la historia del desarrollo digital desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Como es de esperarse, Internet es una coleccin de tesoros para este tipo de pesquisa. Al mismo tiempo, sin embargo, todo lo que queda de muchos de los intercambios de ideas seminales a menudo es un copiar y pegar de otro copiar y pegar: menos de tres dcadas despus de que muchas de las discusiones tuvieron lugar, tanto la fuente originalcomo la plataforma tecnolgica en la que estaba literalmente no existen.

Es ms fcil, de hecho, encontrar en la web el desarrollo de muchas ideas claves del siglo XVIII que de los ltimos 50 aos.

Cuando se trata de las palabras de siglos pasados, las copias de los libros de papel han estado en bibliotecas desde su publicacin y ahora slo tienen que ser escaneadas y liberadas en el mundo digital.

En contraste, mucha de la informacin digital clave necesaria para que escritores e historiadores puedan realmente desglosar las complejidades del presente desde el origen de las palabras y las ideas, hasta los debates polticos y revoluciones est o guardada o perdida, a pocos aos de su creacin. BORRANDO LA HISTORIA En el corazn de todo esto est lo que se podra llamar la paradoja de las comunicaciones efmeras.

Su facilidad instantnea e insubstancial es perfecta para compartir y debatir las cuestiones ms importantes de nuestra poca. Pero eso tambin genera un nuevo problema histrico, pues todo lo compartido y debatido significa poco, a largo plazo, si uno se queda sin saber de qu estaba hablando la gente en primer lugar.

Sin bitcoras y cartas, o siquiera la relativa permanencia del correo electrnico que est empezando a parecer algo del siglo pasado, el problema ser ms grave.

Hay mucho que celebrarle a las redes sociales por su poder y su carcter incluyente.

No obstante, los historiadores del ao 2314 que quieran investigar el principio del siglo XXI van a estar en dificultades. Y sus chances de xito dependern desproporcionadamente de esas compaas privadas que son dueas de tanto de nuestra historia social contempornea.

Nuestros descendientes seguramente estarn agradecidos de contar con un rcord que refleje algo ms que las preferencias de los consumidores.

TAGS RELACIONADOS