El presidente estadounidense, Barack Obama, realizará una gira en su país para impulsar la propuesta del control de armas, tema que se prevé debatir en el Congreso, para frenar la violencia generada por las mismas en los últimos meses.

En un discurso del día sábado, el mandatario instó al Parlamento a restablecer una ley federal que prohíbe la venta de armas de asalto que caducó en 2004, y un sistema de revisión nacional de antecedentes penales para los compradores. Señaló que su posición responde al sentido común y es apoyada por la mayoría de ciudadanos.

Como he dicho anteriormente, es posible que no podamos prevenir todo acto de violencia en este país. Pero, juntos, tenemos la obligación de intentarlo. Tenemos la obligación de hacer lo que podamos, enfatizó.

Actualmente cada estado tiene sus propias leyes que regulan la venta de armas de fuego, y los activistas insisten en que el Congreso debe crear un estándar federal porque los criminales fácilmente pueden viajar a otros estados para comprarlas.

ALCALDES APOYAN LA PROPUESTA Una alianza de más de 900 alcaldes de EE.UU. presidida por Michael Bloomberg y Thomas Menino, alcaldes de Nueva York y Boston (Massachusetts) respectivamente, promueve desde hoy una campaña de acción nacional para exigir que el Congreso establezca medidas para mejorar el control de las armas.

La coalición apoya el programa nacional para la revisión de antecedentes de todo los compradores, que incluye convertir en delito federal el tráfico de las mismas, y fuertes multas para quienes sirven de compradores intermediarios en ese negocio ilícito.

CONSERVADORES NO DARÁN SU BRAZO A TORCER Por su parte, la influyente Asociación Nacional del Rifle (NRA) ha venido realizando su propia campaña de presión en contra de las restricciones y en defensa de la Segunda Enmienda de la Constitución, que consagra el derecho a la tenencia de armas.

El pasado 15 de marzo, Wayne LaPierre, vicepresidente ejecutivo de NRA, reafirmó su postura ante un grupo de conservadores: Sigo acá, resuelto y sin apologías en defensa de nuestra libertad individual. Pueden llamarme loco o lo que quieran, pero los casi cinco millones de miembros de la NRA y los 100 millones de dueños de armas en EE.UU. no retrocederán, ni ahora ni nunca.