El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quiere revivir una ley para proteger más a periodistas que se niegan a revelar sus fuentes, en el marco de la creciente presión que sufre por una serie de escándalos, entre ellos la investigación secreta de los registros telefónicos de la agencia de noticias AP.
Según confirmó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, el equipo de Obama se puso en contacto con el senador demócrata Chuck Schumer para que éste presente de nuevo la Ley de Libre Flujo de Información.
De acuerdo con medios estadounidenses, esta normativa, que fue negociada en 2009 pero que no acabó de superar todo el proceso legislativo, protegería a los periodistas de ser obligados a testificar sobre sus fuentes confidenciales salvo que se hayan agotado todas las otras vías y con la excepción también de que la información sea de interés para la seguridad nacional.
Nos complace ver que la legislación volverá a ser introducida, porque (Obama) cree fuertemente que tenemos que proporcionar las protecciones a los medios que esta legislación ofrece, dijo Carney en su rueda de prensa diaria.
ESCÁNDALOS RECIENTES El escándalo por el espionaje a la agencia de noticias, así como el del Servicio de Recaudación Interna (IRS), que ha reconocido que hizo un escrutinio injustificado contra grupos conservadores, están poniendo cada vez más contra las cuerdas a Obama y a altos miembros de su gabinete, especialmente a su fiscal general, Eric Holder.
El jefe del Departamento de Justicia negó hoy una vez más haber tenido conocimiento de la orden de investigar los registros telefónicos de la AP al comparecer ante una audiencia del Comité Judicial de la Cámara de Representantes.
Al igual que hiciera la víspera en una rueda de prensa, Holder recordó hoy que se inhibió del caso de grave filtración que posteriormente llevaría a la orden de investigar el historial telefónico de la agencia de noticias, que reiteró fue tomada por un subalterno suyo y no por él personalmente.