Una de las apuestas del difunto presidente Hugo Chávez para combatir la dictadura del dólar fue acumular reservas internacionales en oro, hasta convertir a Venezuela en el país de la región más expuesto al precio del metal precioso.
La idea rindió beneficios en los años en que hasta se multiplicó por cuatro la cotización del oro. Ahora, con la caída de los precios internacionales en los últimos meses, se está convirtiendo en un dolor de cabeza.
Las reservas venezolanas han alcanzado su mínimo de los últimos seis años al caer a US$24.300 millones, el 8% del Producto Interno Bruto, según el cálculo del centro de análisis de la banca de inversión Barclays Capital.
Con el oro representando alrededor de un 75% de las reservas –bastante más que los países de su entorno– su caída de más de un 14% en el precio medio en los últimos meses ha supuesto una pérdida para Venezuela de US$2.800 millones.
Pero el precio actual es menor que la media del último semestre, así que, si su precio actual se mantuviera, como prevén los analistas de Barclays, a final de año la pérdida sería de US$4.700 millones.
Y eso no es más que el último sacudón a una macroeconomía remecida por producir muy poco y exportar casi nada que no sea petróleo, por el dispendio de distribuir la gasolina casi regalada a costa de las arcas del Estado y por una moneda muy sobrevaluada.
Todo para conformar una inflación de casi 40% en los últimos 12 meses y un crecimiento de sólo el 0,7% durante el primer trimestre: los críticos hablan de estanflación.
LA PARADOJA DEL PETRÓLEO Y EL ORO La paradoja del caso venezolano está en que un país en el que el petróleo representa el 95% de sus exportaciones, con tanto oro, acaba exponiéndose a una segunda commodity.
Es más, la correlación entre el petróleo y el oro, según los expertos, es positiva, es decir, suben o bajan en paralelo, por lo que los expertos no suelen recomendar a los países petroleros invertir en oro.
No quieres guardar tus ahorros en un bien que fluctúa al igual que fluctúan tus ingresos, le dijo a BBC Mundo Alejandro Grisanti, economista para América Latina de Barclays Capital.
Grisanti, que señala que en las últimas tres décadas el precio del oro y el petróleo han estado fuertemente correlacionados, considera que un país como Venezuela debería mantener los ahorros de la nación en activos que o no tengan correlación con el petróleo o la tengan negativa.
Es por eso que Grisanti piensa que el país no debería mantener sus reservas internacionales en oro. Primero por diversificación y porque el precio en los últimos 30 años está fuertemente correlacionado con el precio del petróleo y eso no es lo que tu quieres.
ORO, RESTA Y SIGUE El economista José Manuel Puente, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), considera que los problemas que últimamente le está dando a las cuentas públicas venezolanas la caída del oro como sólo una arista más de una situación por demás ciertamente comprometida.
Según Puente, los factores preocupantes son que el nivel de reservas internacionales de Venezuela ya es relativamente bajo y que se proyecta un retroceso de US$10.000 millones en los ingentes ingresos petroleros del país para este año, todo, en un contexto de boom de las importaciones.
Evidentemente hay problemas para financiar el sector externo, que está presentando desequilibrios, le dijo Puente a BBC Mundo.
Es por eso que en los últimos meses, sólo se habla de alta inflación y de los problemas de desabastecimiento de bienes básicos como el papel higiénico.
Puente coincide con otros analistas consultados por BBC Mundo en señalar como una de las claves de los problemas de la economía del país al sobrevaluado tipo de cambio oficial, 6,3 bolívares por dólar.
El tipo está muy sobrevaluado. Los dólares son muy baratos, lo que hace las importaciones muy baratas y las exportaciones caras, Venezuela sólo puede vender petróleo, le dijo a BBC Mundo Henkel García, analista de la consultora Econométrica.
Con un tipo de cambio tan apreciado, no importa cuántos dólares entregue el gobierno a la economía, nunca va a ser suficiente. Es tan barato, que es infinita la demanda, le dijo Puente a BBC Mundo.
Por otra parte, el Estado venezolano continúa gastando ingentes cantidades de dinero en mantener a disposición de los ciudadanos la gasolina más barata del mundo.
La cifra, según observadores del sector, ronda los US$20.000 millones si se suma lo que gasta PDVSA en gasolina, diesel y en importar derivados del petróleo de EE.UU., según reporta el gobierno de Barack Obama.
SIN IMPAGO A LA VISTA Con todo, economistas críticos ya hablan del peligroso fenómeno de la estanflación (estancamiento con inflación), con una subida interanual del índice de precios al consumo de casi 40% y un crecimiento económico que se quedó en un 0,7% en el primer trimestre.
Y pese a describir un panorama tan sombrío, economistas como Puente no ven peligro de suspensión de pagos por parte del Estado. Si el gobierno lo declara sería por motivos políticos, no económicos, comentó.
Varios colegas no están de acuerdo pero no veo peligro de impago porque Venezuela tiene la suerte de recibir ingresos petroleros de 80 o 90.000 millones de dólares que le permiten que con el 12%-15% de su ingreso bruto pueda hacer frente a sus acreencias.
El analista considera que el país es uno de los países de América Latina que puede manejar su deuda con mayor comodidad.
Además, apuntan en Barclays, fuera de las reservas internacionales, Venezuela cuenta con fondos y activos por US$34.500 millones.
Por eso, tampoco ve Grisanti problemas en capacidad de pago. El precio del petróleo se mantiene alto y los flujos se mantienen altos por concepto de exportaciones petroleras.