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Vaticano
Redacción EC

Ciudad del Vaticano. ya es santo, tras ser canonizado en un multitudinario acto al que asistieron miles de fieles de , cuyo sueño de verlo en los altares se hizo realidad poco más de tres años después de su beatificación.

El utilizó como es habitual la formula en latín para proclamar la santidad del obispo y pedir que fuese inscrito en los libros de los santos de la Iglesia.

"Declaramos y consideramos santos a Pablo VI y a Óscar Arnulfo Romero Galdámez", indicó el papa Francisco, quien canonizó en la misma ceremonia a los religiosos Francisco Spinelli, Vicente Romano, María Catalina Kasper, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y al laico Nuncio Sulprizio.

En homenaje a ellos, el papa usó como vestimentas litúrgicas durante la ceremonia el cíngulo con sangre que llevaba en la cintura Romero el día de su asesinato, así como la casulla de Pablo VI.

Miles de personas, religiosos y autoridades de los dos continentes asistieron a la solemne proclamación, marcada por el fervor de unos 7 mil salvadoreños, quienes viajaron para la canonización de Romero.

Antes de la proclamación, el nuevo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, presentó al papa Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía.

De Romero recordó que "nació en 1917 en Ciudad Barrios en el seno de una familia modesta, que a los 12 años trabajó en una carpintería y en 1930 ingresó en el seminario".

En la ceremonia estuvo presente entre las delegaciones internacionales el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, el presidente de Chile, Sebastían Piñera y la reina emérita de España, Doña Sofía.

--- Horas previas en El Salvador ---

En San Salvador se congregaron miles de personas para presenciar este hecho histórico. El desfile de peregrinos, muchos de ellos con retratos o camisetas con la estampa de Romero, comenzó frente a la tumba del religioso ubicada en la cripta de la céntrica catedral de la capital y en el hospital La Divina Providencia, en el sector norte de la ciudad.

"Llegamos aquí para honrar la memoria de monseñor Romero, él llevó su fe al límite de dar su vida por lo que consideraba justo", afirma Francisco Navarro, un hondureño de 51 años, que junto a 30 de sus paisanos llegó hasta la capilla La Divina Providencia, donde el 24 de marzo de 1980 Romero fue abatido por un francotirador contratado por la ultraderecha.

Desde el departamento guatemalteco de Petén, una comunidad de indígenas católicos vistiendo coloridos trajes se presentó también en la capilla donde se arrodillaron frente al altar donde cayó sin vida el venerado pastor.

"Es un momento muy impactante para la iglesia, hoy recibimos la canonización con alegría porque corona la defensa de los pobres", declaró a la AFP América Caal, de 50 años, quien pertenece a la congregación de Las Hermanas de Asunción.

El presidente Salvador Sánchez Cerén, quien se encuentra en Roma para los actos de canonización dijo por medio de un comunicado en la prensa que "se une al júbilo" de los salvadoreños por el "acontecimiento histórico que nos llena de esperanza y felicidad".

La noche de este sábado se realizarán vigilias en todos las iglesias del país para que, en horas de la madrugada, los fieles puedan seguir en pantallas gigante la ceremonia de canonización que la televisión local realizará desde Roma.

Además, la ONU señaló en un comunicado que "la vida de monseñor Romero ha sido reconocida y valorada alrededor del mundo. Su ejemplo ha inspirado a muchas personas para dedicarse a la dignificación humana, a la erradicación de la pobreza y de la desigualdad".

--- Romero venció el mal ---

Muchos feligreses creen que, al ser elevado a los altares, el monseñor Romero venció a los que lo asesinaron y a los que lo desacreditaron calificándolo de "marxista", "agitador" y "loco" por denunciar la injusticia y la represión militar de la época.

"Hoy asistimos al triunfo de monseñor Romero. Desde antes de ser asesinado venció a sus asesinos al perdonarlos porque él sabía que lo iban a matar", declaró a la AFP Julia Laínez, una maestra universitaria.

"Cuando una persona tiene el valor de hablar por otros que nadie habla por ellos, desde ese momento vence a cualquiera, vence al mal, eso hizo San Romero con decisión y valentía", subraya Laínez.

Para el joven Ronald Rivas, de 21 años, lo que se producirá con la canonización es la culminación de un proceso que como salvadoreño "le llena de orgullo y alegría" porque el papa Francisco pone a Romero como símbolo de una "escuela de santos en medio del mundo".

--- Justicia es la deuda ---

A pesar de la celebración, los salvadoreños lamentan que a 38 años del magnicidio nunca se haya llevado a la justicia a los asesinos del pastor.

"El primera paso de la justicia es hacer verdad. Para mí, la responsabilidad de hacer verdad sobre un crimen es del Estado y esa es una responsabilidad que no se ha cumplido hasta ahora", declaró el sacerdote jesuita José María Tojeira.

El asesinato de Romero polarizó aún más a los salvadoreños que luchaban por mejores condiciones de vida e hizo estallar la guerra civil, que duró 12 años (1980-1992) y cobró la vida de al menos 75.000 personas.

En 1993, una Comisión de la Verdad de la Naciones Unidas señaló como autor intelectual del crimen al mayor del ejército Roberto D'Aubuisson, ya fallecido, fundador de la entonces gobernante Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha).

Fuente: AFP / EFE / AP

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