El 11 de septiembre de 1973, un adolescente llamado Pablo Longueira se enteraba desde un salón del prestigioso colegio jesuita de San Ignacio, en Santiago de Chile, que un golpe de Estado estaba derrocando al gobierno de Salvador Allende.
Mientras, la estudiante universitaria Michelle Bachelet veía horrorizada desde el techo de su facultad de Medicina cómo las bombas caían sobre La Moneda.
El futuro sería muy distinto para ambos bajo el régimen de Augusto Pinochet : uno acabaría trabajando para el gobierno; la otra, en el exilio.
Y ahora, 40 años después del golpe, los dos se enfrentan por convertirse en presidente del país.
Pablo Longueira fue elegido este domingo como candidato presidencial de la Unión Demócrata Independiente (UDI) por el 51,35% de los que participaron en las elecciones primarias, frente al 48,64% de su rival, Andrés Allamand.
Longueira, ingeniero civil de 55 años, fue ministro de Economía en la administración de Sebastián Piñera y durante décadas ha sido una de las figuras más destacadas de la conservadora UDI.
En apenas dos meses tras la renuncia del favorito del oficialismo para competir por la presidencia, Laurence Golborne Longueira pasó del ministerio y los pasillos del partido a la primera línea política como aspirante a suceder a Piñera en los comicios del 17 de noviembre.
EL CANDIDATO PINOCHETISTA Longueira, católico, con siete hijos y amante de la música de Joan Manuel Serrat , cuenta con el apoyo de su partido, pero ha sido criticado por sus rivales de izquierda por su papel bajo el régimen de Augusto Pinochet.
En 1981 se convirtió en líder de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Chile, una agrupación estudiantil cercana al gobierno creada tras el golpe para sustituir al organismo universitario anterior, crítico con Pinochet .
Más tarde trabajó como asesor del Ministerio de Vivienda del gobierno y en 1988 votó a favor de la permanencia del general en el poder durante el referéndum que condujo al fin del régimen militar.
Él tenía una relación estrecha con mi abuelo, dijo recientemente durante una entrevista Augusto Pinochet Molina, nieto del fallecido gobernante de facto.
Yo vi cuando Longueira iba a saludar a mi abuelo. Cómo lo abrazaba y lo besaba (…) Cuando murió, después se hizo el loco, comentó en una entrevista con el medio chileno The Clinic.
El año pasado, también la hija de Pinochet, Lucía, habló de la relación del general con Longueira, a quien calificó como su regalón (consentido) .
Él era bien cercano y dejó de serlo cuando mi papá dejó la comandancia en jefe, hace tiempo que ya no es cercano a nosotros, dijo al diario La Segunda.
UN CONSERVADOR ENTRE LOS CONSERVADORES Longueira no reniega de su herencia política, pero advierte que los tiempos de Augusto Pinochethttps://elcomercio.pe/actualidad/1468567/noticia-conmemoracion-golpe-militar-pinochet-dejo-policia-muerto-255-detenidos-saqueos ya quedaron atrás.
Durante décadas ha representado en el poder legislativo al sector más conservador de la UDI, lo que le ha dado fama de ultra tradicionalista.
Este candidato tiene mucho menos recelos en identificarse con el régimen militar que otros aspirantes de derecha en el pasado, le dice a BBC Mundo Roberto Funk, analista político del Instituto de Asuntos Políticos de la Universidad de Chile.
De este modo Longueira entierra la llamada Nueva Derecha, un intento de Piñera y otros políticos por modernizar la derecha y hacerla más liberal, asegura.
Se niega a hablar de dictadura, no da espacio para cambiar el modelo económico o la constitución, está en contra de cambios sociales como el matrimonio igualitario o el aborto… Representa el legado del modelo militar en todo su estilo y está dispuesto a pagar los costos políticos de mantener esa postura, explica.
FRENTE A LA VÍCTIMA DEL RÉGIMEN Su principal rival en las elecciones es la líder de la alianza Nueva Mayoría, Michelle Bachelet , quien ya gobernó el país entre 2006 y 2010.
La aspirante de la izquierda venció rotundamente a sus rivales en las primarias con el 73% de los votos y es la favorita en los sondeos para las elecciones de noviembre.
Esta contienda electoral será simbólica, con Bachelet , quien fue torturada a manos del régimen de Pinochet, compitiendo frente a Longueira, un ferviente partidario y miembro de aquel régimen, le dice a BBC Mundo Kirsten Weld, profesora de Historia Latinoamericana en la Universidad de Harvard.
El padre de Bachelet, un militar de la Fuerza Aérea que se opuso al golpe de Estado, murió de un infarto estando preso en una cárcel de Santiago, después de ser detenido y torturado por sus compañeros.
Más tarde la propia Michelle Bachelet acabó con su madre en un centro de detención, Villa Grimaldi, antes de partir al exilio.
Estas elecciones darán a los chilenos la oportunidad de discutir y abiertamente los legados de la dictadura, herencias que siguen teniendo una poderosa presencia en la política actual del país, pero que a menudo se quieren apartar de la superficie, asegura Weld.
Es muy probable que tanto la dictadura como la desigualdad económica del modelo neoliberal pinochetista se conviertan en temas importantes durante la campaña, sostiene.
Asuntos controversiales como las protestas del movimiento estudiantil chileno, que demanda mejoras en el sistema educativo, tienen origen en el proceso de privatizaciones del modelo económico del general Pinochet, explica la profesora.
De ahí que la herencia del pasado pueda volver a convertirse en un tema de campaña y un desafío para el candidato de la derecha.
O no… Si yo asesorara a Bachelet le diría que no enfatizara el tema de democracia o dictadura demasiado, dado que los jóvenes votantes y los estudiantes que protestan en la calle ya vivieron bajo democracia, dice por su parte Roberto Funk.
Por ahora, queda una larga campaña para comprobar si el pasado será un arma electoral entre dos candidatos con buena dosis de Historia a sus espaldas.