El Tribunal Supremo de Pakistán (TS) ordenó hoy el arresto del primer ministro del país, Rajá Pervez Ashraf, por un caso de corrupción registrado en la etapa en que era ministro de Energía y reabrió así la crisis institucional en el país.

En su orden, el Supremo acusó a la Oficina Nacional de Cuentas (NAB) un organismo público anticorrupción de no haber ejecutado órdenes previas contra Ashraf y otras quince personas implicadas en un escándalo relativo al alquiler de plantas eléctricas.

El texto hace directamente responsable al NAB de cualquier fuga de uno de los 16 implicados, cuyos nombres han sido incluidos, según medios locales, en la lista de personas que tienen prohibido salir del país.

La plana mayor de la formación de Ashraf, el Partido Popular de Pakistán (PPP), se reunirá esta noche para preparar una reacción a la decisión del Supremo; mientras, miembros del Gabinete declararon a los medios que esperaban notificación oficial de la orden.

El actual jefe de Gobierno fue responsable de Energía y Agua entre 2008 y 2011, período en el que se le hace responsable de irregularidades en una fracasada iniciativa para paliar la escasez energética con plantas eléctricas alquiladas.

En 2006, el dictador Pervez Musharraf puso en marcha el proyecto, que fue asumido por el actual Gobierno del Partido Popular (PPP) al llegar al poder en 2008, en teoría mientras se iniciaban proyectos de mayor calado para acabar con la falta endémica de electricidad.

PROCESO IRREGULAR Para la iniciativa se contactó con diversas compañías privadas, pero el proceso de adjudicación fue poco transparente y la gestión de los fondos públicos suscitó numerosas sospechas de malversación que desembocaron en una causa judicial abierta por el Supremo.

Ashraf llegó a ser denominado por algunos medios locales como alquileres Rajá, y la sombra del proceso judicial abierto contra él ya planeó sobre su nombramiento el pasado junio como sustituto de Yusuf Razá Guilani, el anterior primer ministro.

La destitución por orden del TS de Guilani era hasta la fecha el último capítulo de una guerra casi abierta entre el Supremo y el Gobierno del PPP, que ahora queda muy debilitado y se enfrenta a una posible segunda inhabilitación a dos meses del final del mandato.

El Supremo incluso torpedeó la designación del que debía ser el sustituto de Guilani el pasado junio, el también ministro Majdum Shahbudín, cuyo nombre fue descabalgado de las quinielas sucesorias porque el Supremo reactivó justo entonces un antiguo caso contra él.

El primer ministro Guilani fue destituido tras ser condenado por desacato al negarse a ejecutar las órdenes del máximo Tribunal en un caso de corrupción, en ese caso contra el presidente, Asif Alí Zardari.