No hay duda que el Papa Francisco se lleva muy bien con las cámaras. Tras ser perseguido como una estrella de rock por una muchedumbre de brasileños, y jóvenes de distintas nacionalidades, Francisco quiso detener su conocido ‘Papamóvil’ para tener un contacto directo con sus cristianos seguidores.

El Obispo de Roma, siempre sonriente, recibió de una familia a un bebe brasileño al que besó y abrazó, haciendo delirar a los miles de presentes.

El carismático Pontífice vivió hoy una tumultuosa acogida en su primera visita a Brasil, donde fue rodeado por miles de personas, que interceptaron el auto en que el Papa viajó desde el aeropuerto de Río a la catedral metropolitana e intentaron tocarlo y tomarle fotografías.