En el texto, el Papa Francisco pidió que se rece para que crezcan las vocaciones en la Amazonía. (Foto: AFP)
En el texto, el Papa Francisco pidió que se rece para que crezcan las vocaciones en la Amazonía. (Foto: AFP)
/ TIZIANA FABI
Milagros Asto Sánchez

Tras meses de controversia, el publicó la exhortación apostólica “Querida Amazonía”, un documento en el que, pese a las expectativas generadas, evitó pronunciarse sobre la posibilidad de ordenar sacerdotes a hombres casados para esa zona del mundo.

El Comercio conversó al respecto con Juan Fonseca, historiador experto en temas religiosos y profesor de la UPC, para quien el pontífice no va a cambiar las normas centenarias de la Iglesia Católica.

— ¿El Papa cedió a la presión del sector conservador de la Iglesia al evadir el tema del celibato?

Creo que en ningún momento pensó seriamente en incluir el tema. Ha habido un exceso de expectativas en el sector más progresista y un exceso de miedos en el sector más conservador. No creo que el Papa piense cambiar radicalmente aspectos específicos del aparato doctrinario en relación al sacerdocio. Esto va en la misma línea de otros casos en los que él a veces ha lanzado palabras o sugerencias como intenciones de cambio, pero quienes conocen la Iglesia con un poco más de precisión saben que en realidad esas cosas no dependen solo de su voluntad.

— Pero las expectativas se crearon del discurso del propio Francisco...

En general, no solo en este caso, yo no creo que el Papa cambie normas que ya son centenarias en la Iglesia. Lo que él plantea son propuestas pastorales que relajen un poco las exclusiones, por ejemplo a las mujeres o el tema de los laicos casados, con el sentido de incorporarlos un poco más a la práctica pastoral de la Iglesia, pero sin tocar la esencia de las características del sacerdocio que, insisto, no creo que quiera cambiar o al menos asume que va a ser muy difícil hacerlo.

—El Vaticano afirmó que el Papa quiso evitar que la exhortación se convierta “en un referéndum” sobre la posibilidad de ordenar curas a hombres casados.

Tiene sentido porque en principio la exhortación apostólica no tenía como tema central el sacerdocio, sino la Amazonía. Mi impresión es que los sectores conservadores han aprovechado para debilitar el propio mensaje ecológico del Papa, del que desconfían. Entonces intentaron que el tema medioambiental quede en segundo plano y creo que el Vaticano va a hacer todo para destacar que lo importante es el tema ecológico y la Amazonía.

El texto, de unas 24 páginas generó mucha controversia porque el papa Francisco elude el delicado tema del celibato. (Foto: AP)
El texto, de unas 24 páginas generó mucha controversia porque el papa Francisco elude el delicado tema del celibato. (Foto: AP)
/ Gregorio Borgia

—¿Estamos frente a un retroceso en la postura de apertura que suele relacionarse con el Papa?

Yo diría que es un avance muy pequeño, pero menor al que el sector progresista esperaba. No creo que sea un retroceso porque, por ejemplo, plantea reflexiones interesantes sobre el rol del laicado en el espacio eclesial, teniendo en cuenta la crisis vocacional, y habla de una manera muy expectante sobre el rol de las mujeres. Francisco sigue insistiendo en un modelo de Iglesia más horizontal, más inclusivo, pero sin tocar la doctrina.

—El celibato fue objeto de debate por el libro en el que supuestamente Benedicto XVI lo defendía. ¿Esto influyó en la decisión del Papa?

El propio Benedicto XVI aclaró que él no había avalado esa publicación, entonces el Vaticano básicamente ha continuado con el discurso de que no había intención de cambiar las normas esenciales del celibato, pero sí de abrir a una inclusión de los laicos casados.

—En el Sínodo sobre la Amazonía celebrado en octubre también se había pedido una mayor participación de las mujeres en la Iglesia y se exhortó a estudiar la creación de diaconisas. Pero Francisco tampoco lo aceptó en este documento…

Creo que la forma en la que él piensa establecer cambios no pasa por una modificación radical de la manera en cómo se concibe el sacerdocio, sino más bien de una transformación del sentido del laicado dentro de la Iglesia. En la exhortación apostólica él mismo dice que si las mujeres fueran ordenadas lo que pasaría sería una especia de burocratización eclesial de ellas mismas o de su rol dentro de la Iglesia, claro, eso puede ser un eufemismo para decir que no hay forma de que entren.

Creo que podemos verlo de dos maneras: o el Papa muestra sus límites en el sentido de que su progresismo en realidad no avanza más allá de las buenas intenciones y de cambios muy pequeños, o sucede que sí cree en ellos pero no se siente con la suficiente fuerza para modificar todavía las normas constitucionales en términos canónicos del celibato y del sacerdocio en general.

— ¿Qué consecuencias podrían tener estas omisiones en el papado de Francisco?

Es posible que en el sector progresista haya cierta desazón. Como dije, me parece que el Papa en ningún momento planteó cambios doctrinales, sino cambios en el estilo pastoral. Pero evidentemente se han creado expectativas que ahora pueden quedar muy frustradas y eso puede finalmente ocasionar un debilitamiento de la Iglesia en sectores o países donde hay una crítica muy fuerte a la forma en cómo la Iglesia está trabajando la relación con las mujeres y con las personas en general.

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