Manifestantes paquistaníes queman la bandera de Estados Unidos en una protesta en Quetta. (Foto: AFP)
Manifestantes paquistaníes queman la bandera de Estados Unidos en una protesta en Quetta. (Foto: AFP)
Redacción EC

Exasperado por la política de en materia de lucha antiterrorista, anunció la suspensión de cientos de millones de dólares de asistencia a la seguridad. ¿Qué consecuencias tendrá esta decisión para Pakistán?

Pese a que Islamabad lo haya desmentido incesantemente, Washington está convencido de la hipocresía de Pakistán, al que acusa de apoyar a los talibanes -autores de sangrientos atentados en Afganistán- al tiempo que se embolsa miles de millones de dólares en ayudas estadounidenses.

Tras años de tensas relaciones y de desconfianza recíproca, Estados Unidos anunció el jueves que congelará los pagos previstos en el marco del "fondo de apoyo de la coalición" destinado a sufragar los gastos de Pakistán vinculados con operaciones antiterroristas. Washington ya había suspendido un pago de 255 millones de dólares de ayuda militar en septiembre de 2017.

¿Qué reclama Estados Unidos a Pakistán?

Washington y Kabul acusan a Pakistán de apoyar a grupos insurgentes responsables de atrocidades, como los talibanes afganos y sus aliados de la red Haqqani.

Consideran que estos últimos tienen santuarios en los que se refugian en zonas fronterizas con Afganistán y que mantienen relaciones con el ejército pakistaní, que los utiliza, a cambio, para contrarrestar la influencia de India en la región.

Washington exige el fin de este apoyo. Pakistán, por su parte, asegura haber terminado con los santuarios y acusa a Estados Unidos de ignorar los enormes sacrificios humanos y financieros de Islamabad en su lucha contra el terrorismo.

Además, apunta contra Kabul, al que culpa de dar cobijo a los insurgentes que llevan a cabo atentados en Pakistán.

¿Por qué haber esperado tanto para congelar las ayudas?

Según Estados Unidos, Pakistán recibió más de 33.000 millones de dólares en ayudas desde 2002.

Estas ya habían sido suspendidas en el pasado, como en 2011, después de que una incursión estadounidense en la ciudad pakistaní de Abotabad costara la vida al jefe de Al Qaida, Osama Bin Laden.

La elección de este escondite, cerca de una prestigiosa academia militar, hizo sospechar que Bin Laden había disfrutado, durante años, de la protección de los servicios secretos paquistaníes.

Pero Estados Unidos no parece estar dispuesto a cortar completamente con Pakistán, donde el sentimiento antiestadounidense es bastante fuerte.

Washington necesita acceder a su espacio aéreo y a las carreteras de abastecimiento que conducen a Afganistán, un país enclavado en el que mantienen una presencia reducida en comparación con hace unos años, pero aún así significativa.

La influencia de Pakistán en los talibanes se considera crucial de cara a posibles diálogos de paz.

Además, Pakistán es el único país musulmán con potencia nuclear y Estados Unidos quiere asegurarse de que esta no sea utilizada contra India, su rival, ni que caiga en manos de extremistas.

Estados Unidos "quiere aplicar una presión progresiva sobre Pakistán para [que] modifique su política, en lugar de abandonarlo completamente", subraya el analista paquistaní Hasan Askari.

¿Qué resultado puede esperarse?

Algunos expertos consideran que no existe un verdadero medio para presionar a Pakistán, pues Islamabad está más preocupada por impedir que India gane influencia sobre Afganistán que por atacar a los insurgentes en su frontera.

Para Askari, congelar la asistencia en temas de seguridad podría traducirse en una pérdida importante de la influencia estadounidense en Pakistán, que podría recurrir a otros aliados.

China, implicada en un megaproyecto de infraestructuras por valor de unos 60.000 millones de dólares en Pakistán, es el candidato más evidente. Además, fue el primer país en defender a Islamabad tras un tuit crítico del presidente Donald Trump.

Con todo, hasta que Washington no actúe para erradicar los temores que India despierta en Pakistán, a este último no le interesará alterar su política, según algunos expertos.

"Ningún soborno ni ninguna amenaza puede llevar a nadie a actuar en contra de lo que considera el principal de sus intereses", tuiteó el periodista Murtaza Mohammad Hussain.

(Fuente: AFP)

Contenido sugerido

Contenido GEC