(Foto: EFE)
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En la víspera de la histórica cumbre convocada por el para abordar, desde el jueves y hasta el domingo, la lacra de los abusos sexuales contra menores por parte de sacerdotes y religiosos, doce víctimas de estos execrables crímenes fueron recibidos en el Vaticano por el comité organizador de esta magna cita, entre ellos Charles Scicluna, arzobispo de Malta e investigador de crímenes sexuales al interior de la Iglesia Católica.

Sin ser víctima de estos abusos, el periodista peruano -quien junto a Paola Ugaz destapó los excesos y pecados del Sodalicio en nuestro país- participó en esta reunión de poco más de dos horas y salió con satisfacción y esperanza por lo que pueda venir.






—¿Cómo calificaría el encuentro entre las víctimas de abusos y los organizadores de la cumbre contra la pederastia?

Por momentos dramático y conmovedor por los testimonios desgarradores. Algunos participantes tenían rabia y frustración acumuladas, sus testimonios fueron como vómitos negros, hubo tensión. En general, fueron testimonios enérgicos pero respetuosos con quienes allí estaban para escuchar. Considero que Scicluna y la comisión enfrentaron la faena con entereza. No diría que la reunión fue amistosa pero sí con mucho respeto.

—Usted fue el único participante que no era víctima de abusos...

Me siento privilegiado de haber participado en esta reunión como víctima de maltrato psicológico y físico por el Caso Sodalicio. El obispo Scicluna me escuchó con mucha atención. Yo fui invitado por la investigación de ese caso y porque el Papa agradeció hace semanas en un discurso a los periodistas que destaparon escándalos de abusos.

—¿Cómo reaccionó con respecto a lo que le dijo del Caso Sodalicio?

Tuve la suerte de ser el primero en llegar y sentarme al lado de Scicluna. Pude hablar con él 10 o 15 minutos y tomó nota de cuanto le decía, sobre todo ahora que estamos siendo perseguidos por el arzobispo Eguren.

—¿Hubo recomendaciones y consejos por parte de ustedes?

Las hubo. Todos con la idea de que la tolerancia cero no puede quedarse en una frase hueca, vacía y demagógica, yo sugerí la importancia de crear una suerte de comisión de la verdad que esté conformada no solo por clérigos sino por profesionales independientes de la sociedad civil.

(Foto: El Comercio / Juan Ponce)
(Foto: El Comercio / Juan Ponce)

—¿Qué cree que ocurrirá tras la cumbre?

No sé, pero si luego de estos cuatro días no pasa nada ya no sé qué debe ocurrir para que la Iglesia reaccione. Lo cierto es que de esta cumbre esperamos resultados muy concretos, que desde el lunes o martes próximos se anuncien medidas muy específicas.

—¿Ese fue también el sentir del resto de participantes?

Ocurre que las impresiones fueron muy distintas. Algunas de las víctimas salieron diciendo que no creían que iba a pasar nada y que todo iba a continuar igual, se entiende por esos traumas tan fuertes que tuvieron que pasar. Otros, como el chileno Juan Carlos Cruz, son más optimistas.

—¿Hubo alguna reacción por parte de los miembros de esta comisión?

No sé si del manejo de esta comisión surjan medidas específicas, creo que van por la línea de afinar las leyes canónicas que ya existen pero que no se están aplicando. Ello contribuiría a reducir el número de casos de pederastia clerical, evidentemente no es lo único que debe ocurrir.

—¿Algún ejemplo a seguir en la lucha contra la pederastia?

Ojalá que en el Perú ocurra lo mismo que en Chile, donde hicieron renunciar a todos los obispos (en mayo del año pasado) y algunos fueron reducidos al estado laical. Dos cardenales, uno de ellos muy cercanos al Papa, fueron duramente cuestionados. Se está aplicando el caiga quien caiga, ha habido una reacción de la ciudadanía chilena, aún estamos lejos de ello.

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