El presidente de México, Enrique Peña Nieto, presentó hoy su propuesta de reforma del sector energético y especialmente el petrolero, considerada una de las claves de su mandato, pero también de las más delicadas.

La reforma que pretende Peña Nieto implica modificar dos artículos de la Constitución, para permitir el ingreso de capitales privados a un sector que desde 1938 ha sido operado exclusivamente por el Estado.

Con esta reforma, tanto Petróleos Mexicanos como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se mantienen cien por ciento como propiedad de la nación. () No se venden ni se privatizan, apuntó el mandatario.

El objetivo de la iniciativa, que será presentada hoy mismo al Senado mexicano, es fortalecer y modernizar ambas compañías para que vuelvan a ser empresas de vanguardia, así como abaratar el coste energético para las empresas y las familias.

La iniciativa de reforma confirma la propiedad de la nación sobre los hidrocarburos y permitirá al país aprovechar sus abundantes recursos energéticos bajo la estricta tutela del Estado, afirmó el mandatario en un acto celebrado en la residencia de Los Pinos.

Sin embargo, Peña Nieto admitió que, debido a la rigidez del marco legal vigente, el sector petrolero de su país perdió dinamismo y, más grave aún, competitividad. Por eso, ahora plantea la posibilidad de establecer contratos de utilidad compartida con el sector privado.

México produce actualmente 2,5 millones de barriles de petróleo por día, y según Peña Nieto, el objetivo de la reforma es incrementar la producción a 3,5 millones para el 2025. Además, pretende incorporar tecnología de avanzada para explotar yacimientos en aguas profundas y gas de esquisto.

Los inversionistas, sin embargo, no recibieron bien la noticia. Luego del anuncio de Peña Nieto, la bolsa de valores mexicana cayó 0,94%.