Jorge Rafael Videla fue el símbolo de la más atroz sangrienta dictadura que sufrió la Argentina a lo largo de su historia.
El entonces jefe del Ejército fue el cerebro y gestor del golpe de Estado que instauró en 1976 un régimen de facto que sembró durante casi siete años el terror en el país sudamericano y dejó 30.000 desaparecidos, según estiman los organismos de derechos humanos.
Murió hoy a los 87 años en la cárcel de la localidad bonaerense de Marcos Paz, donde cumplía sus condenas, sin jamás arrepentirse de las atrocidades que perpetró el terrorismo de Estado durante la dictadura a su cargo.
Militares, policías y grupos paramilitares censuraron, persiguieron, secuestraron, torturaron, mataron, robaron bebes y se los apropiaron ilegalmente.
PROVOCADOR EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SU VIDA Tres días antes de morir, el pasado martes, se negó a declarar ante el Tribunal Oral Federal Nro. 1 que lo juzgaba por su responsabilidad en el Plan Cóndor articulado por las dictaduras del Cono Sur para la represión de la insurgencia.
Videla volvió a considerarse un preso político. No tiene sentido hacer una defensa en el marco de una justicia vaciada de derecho, argumentó el martes el genocida al insistir que durante su gobierno hubo una guerra.
En cada oportunidad, el ex dictador reivindicó las acciones de su régimen de facto en el marco de una guerra interna iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones del Estado argentino, con profundas raíces ideológicas y alentada desde el exterior.
NOMBRADO POR ISABELITA, A QUIEN DESPUÉS DERROCÓ Nació el 2 de agosto de 1925 en la ciudad bonaerense de Mercedes, en el seno de una familia tradicional.
De padre coronel, Videla inició su carrera castrense en el Colegio Militar. Cursó la Escuela Superior de Guerra y desde allí avanzó rápidamente en la escala del Ejército. Se casó con Alicia Raquel Hartridge, con quien tuvo siete hijos, y en 1975 fue nombrado comandante en jefe del Ejército por la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón (Isabelita).
Menos de un año después, Videla encabezó la junta militar, integrada además por Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti, que derrocó el 24 de marzo de 1976 el gobierno constitucional de la viuda de Juan Domingo Perón para implantar el terrorismo económico y de Estado.
SU GOBIERNO: CRÍMENES ESCALOFRIANTES Ocupó la presidencia hasta 1981, período en el cual las fuerzas de seguridad perpetraron feroces violaciones de los derechos humanos con secuestros, torturas, fusilamientos y los tristemente conocidos vuelos de la muerte, en los que se arrojó a detenidos desaparecidos vivos desde aviones al Río de la Plata. También se cometieron delitos atroces como la apropiación ilegal de bebes nacidos en cautiverio.
La dictadura militar aplicó una política económica que endeudó a la nación, generó una marcada desindustrialización y elevó la desocupación y la pobreza.
Durante el gobierno de facto de Videla, Argentina estuvo cerca de entrar en guerra con Chile por la soberanía de tres islas en el austral Canal del Beagle. Impulsó además la organización del Mundial de fútbol de Argentina 78, ganado por los locales, en lo que se consideró como una fabulosa propaganda política para ocultar las violaciones de los derechos humanos detrás de la pasión popular por el deporte favorito de los argentinos.
Una disputa de poder en el seno de la cúpula militar lo apartó de la presidencia en 1981 y fue sucedido por Roberto Viola.
MENEM LO INDULTÓ El histórico Juicio a las Juntas Militares que se realizó en 1985, tras el regreso de la democracia, lo condenó a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura. Pero Videla recuperó su libertad en 1990, beneficiado por los indultos que decretó el entonces presidente Carlos Menem (1989-1999).
En 1998 volvió a quedar detenido acusado de implementar un sistema ilegal de apropiación de menores durante la dictadura, un delito considerado imprescriptible. Primero estuvo varios años bajo prisión domiciliaria, pero en 2008 fue enviado a una cárcel del cuartel militar de la localidad bonaerense de Campo de Mayo.
CADENA PERPETUA La inconstitucionalidad de los indultos dictada por la Corte Suprema de Justicia y la nulidad de las leyes de perdón permitió abrir una serie de causas en su contra que buscan cerrar las heridas abiertas por el terrorismo de Estado.
En 2010 fue condenado a cadena perpetua por los delitos de lesa humanidad perpetrados durante su dictadura, y fue enviado a una cárcel común. En 2012 recibió otra condena a 50 años de prisión por el plan sistemático de robo de bebés.
Te vas a pudrir en la cárcel, le había advertido un familiar de las víctimas de la represión.