Un paseo por la costa sur de California el último domingo por la tarde llevó a un profesor de ciencia marítima a toparse con uno de los hallazgos más peculiares que podría haber imaginado. Se trata de un pescado de cinco metros y medio de largo, cuyo cuerpo halló en una parte poco profunda cerca a la isla Catalina.
Jasmine Santana estaba buceando a una profundidad de unos cuatro metros cuando, de pronto, se topó con la mirada del gigantesco pez desde el fondo del mar. Al darse cuenta que estaba muerto, agarró su cola y lo llevó a la costa, donde pidió ayuda a otras 14 personas.
“En un inicio estaba un poco asustada, pero cuando me di cuenta que se trataba de un pescado largo, sabía que era inofensivo”, dijo la trabajadora del Instituto Marino de la Isla Catalina, quien nadó con el espécimen unos 15 minutos.
UN ENCUENTRO FUERA DE LO COMÚN “Estos pescados viven en agua de temperatura tropical, pero rara vez son vistos, ya sean vivos o muertos () Se cree que esta especie nada a más de 3 mil pies de profundidad, lo que hace imposible estudiarlos. Se sabe muy poco de su comportamiento o su populosidad”, añadió Mark Waddington, trabajador de CIMI, grupo de estudios que ayudó a Santana a sacar el pescado del mar.
El cuerpo del animal, que aparentemente murió por causas naturales, está siendo conservado en hielo y será usado para diversos estudios y análisis. Su esqueleto será guardado para motivos científicos.