El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) ha tenido un papel protagónico a la hora de perseguir y encarcelar a los enemigos políticos del régimen de Nicolás Maduro. (Video: El Comercio. Foto: Reuters).
Roger Zuzunaga Ruiz

El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) es uno de los cuerpos represores más activos en la detención y custodia de rivales políticos del presidente Nicolás Maduro, pese a que en teoría su labor es “la neutralización de amenazas reales o potenciales para el Estado Venezolano”.

De acuerdo con sus estatutos, depende directamente de la Vicepresidencia, que está en manos del poderoso chavista Tareck El Aissami, quien fue incluido este año en la lista de EE.UU. reservada para narcotraficantes.

El vicepresidente de Venezuela Tareck El Aissami dirige el Sebin. (EFE).
El vicepresidente de Venezuela Tareck El Aissami dirige el Sebin. (EFE).

Según el abogado peruano Andrés Gómez de la Torre, ex director de la Escuela Nacional de Inteligencia, el Sebin también depende de la cúpula que está en el poder, incluido Maduro. Refiere que su labor es la antítesis de lo que debiera ser un servicio de inteligencia.

“Hace labores urbanas de patrullaje y de rastrillaje, usan camionetas con el logo oficial, se identifican como tal, no operan tanto como un servicio de inteligencia sino como una policía operativa política”, indica.


“Por eso su papel en el sostenimiento del régimen es fundamental”, enfatiza.

–La historia–

Gómez de la Torre explica que esas funciones responden al modelo de la inteligencia cubana. También recuerda que a finales de los 90, con la llegada de Hugo Chávez al poder, hubo un intento de seguir el modelo peruano. Venezuela quiso adaptar las leyes del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de Vladimiro Montesinos a sus normas. Paradójicamente, a la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip, nombre anterior del Sebin) se le atribuye la captura de Montesinos en el 2001, cuando este se escondía en Venezuela.

"La inteligencia cubana no solo es una presencia en materia de asesoramiento, sino también en la toma de decisiones. Desde hace muchos años los militares venezolanos recelan de esa presencia cubana no por su asesoramiento, sino porque han sido desplazados en algunos casos de la toma de decisiones y han estado muy cerca tanto de Hugo Chávez en su momento como de Nicolás Maduro ahora", manifiesta Gómez de la Torre.

El Sebin tiene su base en el Helicoide, una edificación iniciada en los años 60 que tiene forma de pirámide y que fue levantada sobre una colina de Caracas con la idea inicial de que sea un centro comercial. A partir de los años 80 se convirtió en la sede de la inteligencia.

El Helicoide, la sede central del Sebin. (EFE).
El Helicoide, la sede central del Sebin. (EFE).

En el Helicoide, al igual que en otros edificios del Sebin, hay calabozos, algo que para Gómez de la Torre es irregular si se compara con otras agencias de inteligencia. Ese modelo es similar al del espionaje norcoreano.

"En general, los servicios de inteligencia no deben tener capacidades persecutorias ni tener calabozos, porque esa es una labor eminentemente penitenciaria y policial", dice Gómez de la Torre.

Una de las cárceles del Sebin, la más temida, se llama La Tumba, hecha para quebrar a los más fuertes. Está en un cuarto sótano de su sede de plaza Venezuela, Caracas. Tiene luces blancas que nunca se apagan. Allí los presos políticos pierden la noción del tiempo. Nunca saben si es de día o de noche.

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