Pulitzer: “Todos perdemos cuando un medio deja de investigar”
Pulitzer: “Todos perdemos cuando un medio deja de investigar”
Renzo Giner Vásquez

Tengo 32 años. Llegué al “Tampa Bay Times” en el 2012. Dos años después gané mi primer Pulitzer por revelar el maltrato que sufrían los indigentes en un condado de Florida. Hace una semana gané otro junto a Lisa Gartner y Cara, mi esposa.

“Seguimos siendo la voz que desafía”, dijo Michael LaForgia cuando anunciaron que la investigación que realizó junto a Cara Fitzpatrick y Lisa Gartner había ganado un Pulitzer más para el “Tampa Bay Times”. Durante un año investigaron las decisiones tomadas por la junta educativa local que afectaron a miles de niños afroamericanos.

—Su diario es uno de los precursores del ‘fact-checking’. Ha ganado más de 10 premios Pulitzer desde 1964, y usted ganó uno en el 2014. ¿Se viven igual o ya se está acostumbrando?
Es realmente difícil que alguien se acostumbre a la idea de ganar un Pulitzer. Es tan complicado llevarse uno y la competencia es tan feroz que cada vez es una victoria monumental.

—¿Cuál es el factor determinante para conseguir una investigación así?
omos extremadamente cuidadosos sobre qué historia elegimos. Además, pasamos grandes penurias a fin de asegurarnos que hacemos todo el análisis necesario para contar la historia de la mejor y más poderosa forma posible. No es raro que hagamos 25 o 30 borradores de una misma historia hasta encontrar la forma correcta. Nos puede tomar meses o incluso un año, por eso nos sentimos muy afortunados de trabajar en un periódico que nos brinda el tiempo y el espacio necesarios para hacer este tipo de periodismo. 

—Su investigación se llamó “Fábricas de fallas”, cuéntenos más sobre eso.
Nuestra historia se enfoca en las decisiones de la junta educativa del condado de Pinellas. Abandonaron los programas de integración y dejaron a miles de niños afroamericanos en las peores escuelas del estado. Sin embargo, esto no comenzó como una historia de segregación. Analizando los resultados de exámenes estudiantiles que llegan todos los años, notamos que los niños afroamericanos de nuestro condado tenían notas mucho más bajas que las de cualquier otro en Florida. Quisimos saber por qué.

—Y eso tomó un año...
Queríamos abarcar un gran campo, además había muchos actores involucrados. Solo en el equipo éramos tres reporteros, un fotógrafo, tres miembros del equipo de datos y tres editores. Analizamos millones de datos de docenas de bases de datos, entrevistamos a cientos de niños y familiares, revisamos las calificaciones de maestros y escuelas, además de conversar con decenas de expertos. Al final teníamos miles y miles de páginas acumuladas. “No es raro que hagamos 25 o 30 borradores de una misma historia hasta encontrar la forma correcta”.

—¿Qué consecuencias tuvo su investigación?
Aumentaron el presupuesto por alumno en más de US$4 mil en comparación a años anteriores, contrataron a más de 100 auxiliares para los salones, los líderes escolares reformaron las políticas de disciplina luego de años de negarse a hacer algo. Hubo aumentos de US$25 mil en los sueldos de los maestros, extendieron el horario de clases, el Departamento de Educación abrió una investigación federal de derechos civiles en las escuelas, centrándose en la calidad de los cursos. Entre muchas cosas más.

—¿Estamos viviendo uno de los mejores momentos para el periodismo de investigación?
Totalmente de acuerdo. El periodismo de investigación –especialmente el que está enfocado en temas locales– se está convirtiendo en algo más y más importante, mientras que los diarios a lo largo de Estados Unidos continúan reduciendo personal y dando pasos hacia atrás. Estoy orgulloso de trabajar en un periódico en el que aún valoran los reportajes de investigación local y ponen el tiempo y el dinero necesarios para hacerlo bien.

—¿Qué sucede con un medio que deja de investigar?
Todos perdemos cuando los periódicos u otros medios abandonan el trabajo de investigación. Los gobiernos se vuelven menos honestos, las empresas no se hacen responsables de sus acciones y los más fuertes se aprovechan de los débiles sin miedo a las consecuencias.

—¿Cuál es el rol que cumple el periodista hoy?
Lo mejor que un periodista puede hacer es dar la cara por las personas marginadas, privadas de sus derechos. Sería humillante ir a trabajar y no dar lo mejor de mí para combatir eso.

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