Mientras el juicio de George Zimmerman ha acaparado la atención mediática de Estados Unidos durante las últimas cinco semanas casi de forma ininterrumpida, otro caso simultáneo y de envergadura internacional ha pasado prácticamente desapercibido.
Se trata del juicio contra Bradley Manning, el soldado estadounidense acusado de filtrar miles de cables diplomáticos a Wikileaks, que este jueves tuvo uno de sus momentos clave.
La jueza militar encargada del caso se negó a desestimar la principal acusación en contra del soldado, la de ayudar al enemigo, que puede conllevar cadena perpetua sin libertad condicional y dijo que Manning a sabiendas entregó inteligencia al enemigo.
Y aunque esta decisión es importante para el futuro del hombre en el centro de la mayor filtración de secretos del gobierno en la historia estadounidense, muchos medios de ese país parecieron estar más interesados en reproducir las declaraciones de los padres de Trayvon Martin, que aparecieron en varios programas de noticias de la mañana.
Martin, un adolescente de raza negra, fue baleado en febrero de 2012 en el estado de Florida y el vigilante voluntario George Zimmerman fue acusado de su homicidio. Hace unos días, resultó absuelto por un tribunal, lo que desató una oleada de protestas callejeras y reclamos por supuesta discriminación racial por parte de la Justicia.
Mientras tanto, ¿en qué va el caso contra el soldado Manning? ¿Y por qué hay diferencias claras en el interés que han generado ambos juicios?
AYUDAR AL ENEMIGO
Bradley Manning, que parecía estar siguiendo de cerca los procedimientos de este jueves, no mostró ninguna reacción a la decisión de la jueza Denise Lind.
Sin embargo, lo que sucedió en Fort Meade, Maryland, puede determinar su futuro, a medida que se acerca la conclusión de su juicio militar de seis semanas.
Manning ya admitió haber filtrado una gran cantidad de material secreto y enfrenta una posible sentencia de 20 años. Pero si es hallado culpable de ayudar al enemigo, podría pasar el resto de su vida privado de la libertad.
En ese sentido, David Brown, coautor de un libro sobre el aparato secreto del gobierno de EE.UU., dice en diálogo con BBC Mundo que la decisión es un golpe terrible para Manning, pero agrega que el tema va mucho más allá.
De hecho, considera que el tema puede tener repercusiones de largo aliento tanto para EE.UU. como para los soplones, un argumento que comparte a grandes rasgos con organizaciones que propenden por las libertades civiles.
Si decimos que Manning está ayudando indirectamente al enemigo, básicamente estamos diciendo que si alguien entrega información sensible a alguna organización mediática, indirectamente está ayudando al enemigo, quienquiera que este sea, afirma.
Y aunque la decisión de este jueves no excluye la posibilidad de que Manning sea absuelto de ese cargo cuando la jueza entre próximamente a la fase de sentencia, su caso no deja de tocar fibras sensibles de la política estadounidense y, en especial, de la forma como ha manejado sus dos guerras internacionales recientes de más alto perfil: la de Afganistán y la de Irak.
Después de todo, el gobierno de Barack Obama sostiene que las acciones del acusado pusieron en peligro a varias fuentes militares y diplomáticas y, en general, la seguridad nacional.
¿Por qué, entonces, la situación de Manning no llama la atención de los medios como sí lo hizo el caso de Zimmerman, cuyo veredicto fue visto por 10 millones de personas en la televisión por cable, como informó el diario The New York Times?
DIFERENCIAS La respuesta está en la naturaleza y la duración de los dos casos. Manning no sólo lleva más de tres años detenido, sino que su caso se ha desarrollado lejos del alcance mediático, en una instalación del ejército en Maryland. La situación de Zimmerman, en cambio, no sólo fue menos dilatada y enrevesada, sino que fue seguida en vivo por los medios, incluso durante los procedimientos de la corte.
En ese sentido, Mark Jurkowitz, coautor de un reciente informe del centro de investigación Pew sobre el veredicto de Zimmerman en las redes sociales, explica que la cobertura 24 horas al día de las cadenas televisivas amplificó el perfil del caso.
Pero agrega en diálogo con BBC Mundo que este no es el único argumento para explicar por qué se diferencia el interés mediático en los dos temas.
En su opinión, el juicio de Zimmerman –a diferencia del de Manning– implicó sensaciones viscerales que pudieron haber llevado a que las personas tomaran una posición ideológica sobre temas como la raza y el control de las armas, que generaron una ola de opiniones.
Por ejemplo, el informe del Centro Pew en el que participó Jurkowitz analizó 5 millones de tuits en las primeras 26 horas tras el veredicto: el 38% de los mensajes tenía alguna opinión, ya fuera rabia (31%) o apoyo (7%). Esta cifra sólo fue superada –y por muy poco– por el porcentaje de quienes replicaron informes de prensa sin dar su opinión (39%).
Pero además de la presencia mediática y del carácter visceral de un juicio en comparación con el otro, hay un tercer factor divergente, que explicó a BBC Mundo Steven Aftergood, director del programa sobre secretos gubernamentales de la Sociedad Estadounidense de Científicos.
El analista explica que hay un ancho de banda limitado en cuanto a la atención del público a los ‘soplones’ de seguridad nacional, y últimamente el que ha dominado esa categoría no es Manning sino Edward Snowden.
E incluso si se compara el interés público por Snowden y por Zimmerman, el primero no sale bien librado: el Pew estimó que mientras el 26% de los encuestados siguió de cerca el juicio de Zimmerman, sólo el 16% se interesó por la suerte del ex contratista de la CIA en el mismo periodo.
Así las cosas, George Zimmerman resultó imbatible en el interés público en comparación con los dos soplones que pusieron a temblar las estructuras de la seguridad estadounidense.