La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, se somete este martes a una operación en la cabeza después de que le diagnosticarán una colección subdural crónica. Una intervención que si bien según los especialistas es relativamente sencilla, la dejará apartada de sus obligaciones como mandataria durante un mes.
La colección subdural es una acumulación de sangre o en algunos casos de otros líquidos en la zona que está entre el cráneo y el cerebro. Ocurre con frecuencia tras una contusión en la cabeza.
Tal es el caso de Fernández, quien el pasado mes de agosto sufrió un traumatismo craneal, del que el gobierno no ha dado detalles.
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En la corteza cerebral tenemos venas muy finitas que por lo general no tienen mucha importancia, pero cuando se rompen producen una hemorragia, le explica a BBC Mundo Pablo González, neurocirujano del Hospital General de Alicante, en España.
Muchas veces la persona no se entera de que la hemorragia porque el cuerpo se encarga de reparar el daño.
Pero en ocasiones el hematoma se va haciendo más grande, agrega el experto, quien explica que cuando el volumen de sangre se contiene pueden ocurrir dos cosas: que se reabsorba o se cronifique.
Ocurre una reacción inflamatoria que encapsula el líquido y evita que se reabsorba, señala González.
CINCO SEMANAS La colección subdural no ocurre de un día para otro; pueden llegar a pasar hasta cinco semanas antes de que el paciente empiece a notar síntomas.
Primero, en un proceso que puede tomar entre dos y tres semanas, la sangre se encapsula y se coagula.
Más tarde esa sangre casi sólida vuelve a hacerse líquida y es cuando empiezan los problemas, pues duplica su tamaño.
Es similar a cuando se deshace el hielo, y es ese hematoma desecho el que da los síntomas, continúa el especialista.
En este punto el paciente empieza a sufrir de cefalea o dolor de cabeza debido a la presión intracraneal.
Si esto va a más, en la gente joven como Fernández pues a los 60 años el cerebro es considerado como joven puede salir una focalidad neurológica, que no es otra cosa que la pérdida de fuerza en una parte del cuerpo, aclara González.
Según informó el corresponsal de BBC Mundo en Argentina, Ignacio de los Reyes, la clínica Favaloro de Buenos Aires, donde Fernández se sometió a varios chequeos, informó que la presidenta también mostraba hormigueo en el brazo izquierdo y leve pérdida de la fuerza muscular del mismo miembro superior.
Entonces, según los especialistas, la intervención quirúrgica es obligatoria.
AGUJERO DEL TRÉPANO Este procedimiento consiste en hacer un agujero en el cráneo, conocido como trepanación, de aproximadamente un centímetro de diámetro, para proceder con un bisturí a hacer el drenaje.
La zona se limpia bien y el drenaje se deja entre 24 y 48 horas, tras lo cual hay que realizar una resonancia para verificar que haya salido todo el líquido.
Para nosotros (los neurocirujanos) es de las cirugías más agradecidas porque habitualmente va muy bien, cuenta González.
El paciente puede regresar a casa dos días después de la intervención, pero se recomienda que tenga un reposo de dos a tres semanas; no sólo por la cirugía, sino por el golpe psicológico de haber sido sometido a una operación craneal.
Una vez superado el período de reposo, se puede incorporar a su rutina, ya seas barrendero o presidente de un país, sin problemas, agrega el neurocirujano.
MÁS PROPENSOS El experto aclara que no hay riesgo de que vuelva a aparecer la colección subdural a menos que el paciente sufra otro traumatismo.
Si bien estos hematomas en el cerebro pueden ocurrir en cualquier persona, hay quienes son más propensos a sufrirlos.
Los que toman medicación como la aspirina para que la sangre se vuelva más líquida pueden ser más sensibles.
Esto se debe a que si se rompen las venitas, es más fácil que se haga el coágulo, apunta González. Aunque también puede ocurrir en alguien completamente sano.
EPIDEMIA INVISIBLE Las contusiones cerebrales ocurren con más frecuencia de la que muchos pueden imaginar. Y sus consecuencias si no se vigila o se trata bien, pueden ser nefastas.
En Estados Unidos, el neurocirujano Anand Veeravagu, del Hospital de Veteranos de Palo Alto, en California, advirtió hace poco que las conmociones cerebrales son una epidemia invisible en ese país.
Sólo este año, el Centro de Control de Enfermedades estima que más de 1,7 millones de personas sufrirá alguna lesión cerebral traumática, ya sea una conmoción suave o algo más serio, explicó Veeravagu en un artículo publicado por la BBC.
El especialista indica que la estadística más triste es que muchas de estas lesiones, que potencialmente cambian la vida, se pueden evitar.
Una lesión cerebral afecta a cada individuo de forma distinta. Con frecuencia estos síntomas son tan abstractos que el diagnóstico resulta difícil de detectar para los pacientes, los parientes y doctores.
El experto estadounidense indica que el tratamiento más eficaz para los traumatismos cerebrales es evitar que se produzcan. Y cuando sólo quede lidiar con consecuencias, una intervención a tiempo.