Nicaragua se acerca a su sueño. Así fue como muchos medios locales resumieron la noticia de que la Asamblea Nacional nicaragüense autorizó a una empresa china la construcción de un canal interoceánico.

De esta manera aludían al hecho de que no se trata de un proyecto largamente acariciado; uno que el país centroamericano no ha podido concretar desde hace casi cien años, cuando Estados Unidos asignó la ruta para construir el Canal de Panamá.

Pero si los beneficios parecen claros para Nicaragua, algunos se preguntan cuánto puede sacar China, como país, en ganancia.

Si bien el gobierno de Beijing no aparece oficialmente como participante en la obra, analistas consultados por BBC Mundo coinciden en que puede haber una relativa mejoría en la competitividad de sus productos al abaratarse el costo de transporte.

Otros apuntan hacia la presencia de China en Centroamérica y América Latina, mercados donde ha aumentado su participación en los últimos años.

Pero algunos creen que es parte de una jugada más amplia. Tendría un acceso estratégico muy cerca de América del Norte, que en este momento no tiene, le dice a BBC Mundo Heinz Dieterich, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México.

Para China sería un golazo geopolítico frente a Estados Unidos y una respuesta a lo que hace Washington, al trabar alianzas en la región cercana al país asiático.

Es como un ajedrez, añade. China dice: ustedes tratan de construir un muro de contención en mi vecindad inmediata, pues nosotros podemos hacer lo mismo con Costa Rica, México y ahora Nicaragua.

PETRÓLEO

La inversión para construir el canal transoceánico será de unos US$40.000 millones, cuatro veces el Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua.

Además del beneficio económico para ese país, las repercusiones alcanzarán a toda la región, le dice a BBC Mundo José Luis León Manríquez, investigador del Departamento de Política y Cultura de la UAM.

No sólo le sirve a China, es una demanda de hace mucho tiempo del comercio que pasa por Centroamérica. Hace varios años que el Canal de Panamá está saturado, explica.

En todo caso, las ganancias para el país asiático serían también importantes.

Una de las razones para explicar por qué el comercio de petróleo entre Venezuela y China no ha crecido más rápido es porque los venezolanos no tienen costas en el Pacífico.

Con un canal por el cual puedan transportarse los energéticos, ciertamente va a bajar mucho el costo de mover las materias primas que se extraen de América Latina hacia China.

¿Y ESTADOS UNIDOS?

Hasta ahora los analistas coinciden en que un canal interoceánico en Nicaragua facilita el paso de productos chinos a la mayor economía mundial, la de Estados Unidos.

Pero no está claro si es una disputa por el mercado regional. Beijing, dice el académico Manríquez, tiene en América Latina una presencia económica que ni Japón en los años 90 ni la Unión Soviética en los 70 jamás imaginaron.

Y sin embargo, Washington ha estado extremadamente tranquilo. ¿Por qué?

La relación entre China y Estados Unidos es íntima, tienen más en común que en conflicto, explica a BBC Mundo Arturo Cruz Sequeira, profesor del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE).

Las economías de los dos países representan más del 33% del PIB mundial, un dato que no puede desdeñarse, añade el especialista, quien fue embajador de Nicaragua ante la Casa Blanca entre 2007 y 2009.

Políticos y empresarios estadounidenses buscan cómo administrar esta relación, mientras que la cúpula del gobierno chino reconoce que ese vínculo es estratégico en su futuro, explica.

En ese sentido, no está claro si un canal interoceánico en Nicaragua administrado por una empresa china afecte esta relación.

En este proyecto Estados Unidos implícitamente tiene poder de veto, recuerda Cruz Sequeira, aunque agrega que es improbable que eso ocurra.

La verdad, puede ser un proyecto, que en vez de separarlos una a Estados Unidos y China, concluye.