Hace un año, el 3 de mayo de 2012, el Congreso de Argentina con mayoría oficialista aprobaba una ley para expropiar el 51% de las acciones de la principal petrolera del país, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), cuyo dueño mayoritario era la española Repsol.
Al anunciar su intención de expropiar la empresa, en abril de 2012, la presidenta Cristina Fernández había acusado a Repsol de no invertir suficiente en la exploración y explotación de hidrocarburos, lo que –afirmó- llevó al país a perder su autoabastecimiento energético, algo que la compañía negó.
En 2011 Argentina había tenido que importar unos US$9.000 millones en combustible, un aumento de 110% con respecto al año anterior. Para revertir esa tendencia, el gobierno decidió nacionalizar la empresa con la intención de que vuelva a ser la poderosa petrolera estatal que fue antes de ser privatizada en la década de los años 90.
Pero el anuncio de la expropiación generó mucha tensión con España, uno de los socios comerciales más importantes de Argentina. Y muchos advirtieron que la decisión ahuyentaría futuras inversiones extranjeras en Argentina.
Diversos expertos le dijeron en ese entonces a BBC Mundo que el Estado argentino dependería de estos socios extranjeros para explotar su recurso más prometedor: el yacimiento de combustible no convencional Vaca Muerta, que tiene un enorme potencial económico pero es más caro de extraer que los hidrocarburos convencionales.
A un año de la expropiación de YPF, ¿qué se logró? ¿Aumentó la exploración y explotación de combustible, como quería el gobierno? ¿Logró Argentina frenar su dependencia de las importaciones? ¿O tuvieron razón los críticos?
COMIENZO ALENTADOR Las cifras de la empresa durante 2012 muestran un panorama alentador. La producción de crudo aumentó un 2,2% y, si bien la producción de gas cayó un 2,3%, fue la menor retracción desde 2008.
Pero a pesar de que la compañía aumentó su producción de combustible levemente con respecto al año anterior, las ganancias cayeron un 12%, algo que el presidente de YPF, Miguel Galuccio, atribuyó a pérdidas de otras empresas en las que la petrolera tiene participación.
La oficina de prensa de YPF rechazó los pedidos de este medio para hablar con Galuccio u otros directivos de la petrolera, pero un vocero de la empresa le aseguró a BBC Mundo que se están logrando los objetivos que se planteó el empresario cuando comenzó su gestión.
Los datos enviados por la petrolera (con cifras en pesos argentinos) muestran un aumento de la inversión del 25,6% con respecto a 2011, algo que YPF consideró un récord.
Concretamente en exploración, la inversión fue más pequeña, pero creció un 1,4% comparado al año anterior.
Para el geólogo Gualter Chebli, quien trabajó para YPF durante más de 25 años y actualmente es dueño de la consultora energética Phoenix Oil Gas, la petrolera está en la senda correcta.
Los números iniciales reflejan un panorama más o menos optimista, respondió cuando BBC Mundo le preguntó si la expropiación había sido beneficiosa para el país.
Sin embargo, Chebli se mostró cauto: Hay que ver cómo evoluciona la cosa, un año es muy poco tiempo como para emitir un juicio serio, afirmó.
INFLACIÓN Algunos analistas expresaron una visión mucho más pesimista. Alieto Guadagni, quien fue secretario de Energía dos veces (en 1982-83 y nuevamente en 2002), advirtió que los datos del último trimestre de 2012 y el primero de 2013 muestran una tendencia declinante.
No se puede cortar el análisis a fines de 2012; ya estamos en mayo y se suponía que este año la empresa tenía que estar repuntando. La película sigue y las cifras siguen cayendo, le dijo a BBC Mundo.
Guadagni también relativizó las cifras exitosas que dio YPF para su primer año de gestión estatal, porque están calculadas en moneda local.
Esos balances que están en pesos no asumen la inflación. Si bien en términos nominales la inversión aumentó un 25,6%, en términos reales el aumento fue cero, dijo, basándose en la estimación de la mayoría de las consultoras privadas que ubican la tasa de inflación argentina en cerca del 25% anual.
Según estos cálculos, el ex funcionario estimó que el aumento de la inversión en exploración, en términos reales, cayó un 18% en 2012.
Para Guadagni, esta caída refleja las dificultades que ha tenido YPF para atraer inversores tras la expropiación.
Chebli coincidió en que la petrolera no ha tenido éxito a la hora de sumar socios: en diciembre firmó una carta de intención con el gigante Chevron, pero la petrolera estadounidense exige que la Justicia argentina revierta un embargo en su contra ordenada por un juez ecuatoriano para que el acuerdo avance.
YPF informó que también está en negociaciones con la estadounidense Dow Chemical Company y la petrolera Bridas, de capitales argentinos y chinos, pero hasta ahora no ha firmado un contrato.
El problema no es YPF, es la credibilidad del país, afirmó Chebli a la hora de explicar las dificultades.
Una empresa del Estado argentino no puede tener mejor calificación crediticia que el propio Estado argentino, que tiene uno de los riesgos país más altos del mundo, dijo por su parte Guadagni.
IMPORTACIÓN DE COMBUSTIBLE En este sentido, pareciera haberse cumplido el pronóstico de quienes advertían que la expropiación de la empresa traería complicaciones para Argentina.
Algo que complica el panorama es el hecho de que por el momento Repsol no ha recibido indemnización alguna por la expropiación, a la que define, en rigor, como una confiscación.
Pero hay otro factor que también genera críticas de quienes se oponían al proyecto gubernamental: la importación de combustibles sigue creciendo.
Si bien una de las intenciones de la presidenta Fernández era revertir la creciente dependencia del país del combustible importado, en 2012 la compra de petróleo y gas aumentó a US$9.500 millones, y los pronósticos privados para este año incrementan drásticamente esta cifra a US$15.000 millones.
Un reciente incendio en la principal refinería de YPF en el país, en La Plata (Buenos Aires), complica aún más el panorama.
Para Chebli, si a YPF le empieza a ir mejor se podría disminuir esa dependencia, aunque el experto ve imposible que el país recupere el autoabastecimiento energético que tuvo entre 1998 y 2004.
Además, el especialista destacó que cualquier mejora que haga la petrolera dependerá de que logre atraer capitales o, al menos, que mejore su rentabilidad.