Egipto vive desde hace casi dos años en una continua crisis política y hoy sigue en la incertidumbre. El miércoles, las fuerzas de seguridad desalojaron a los partidarios del derrocado presidente Mohamed Mursi de dos campamentos en El Cairo, desatando una masacre en la que ya habrían muerto más de 500 personas.
1. LOS MOTIVOS DE LA MASACRE El gobierno interino que asumió después de que Mursi fuera derrocado el 3 de julio, había advertido durante días que se proponía desalojar a los partidarios islamistas del ex mandatario que obstruían las calles de la capital egipcia. El 26 de julio, millones de personas salieron a manifestarse a favor del jefe militar, el general Abdel-Fata Al Sisi, quien lideró la asonada militar. El gobierno dijo posteriormente que los esfuerzos diplomáticos habían fallado y que la decisión de despejar las manifestaciones era irreversible.
2. ¿QUÉ ORIGINÓ LA VIOLENCIA? Mohamed Mursi fue el primer presidente egipcio elegido democráticamente, después de ganar los comicios tras la salida de Hosni Mubarak. Su ascenso al poder representó el fortalecimiento de la Hermandad Musulmana, organización reprimida durante décadas y a la cual pertenece Mursi. Su elección significó el ascenso de los islamistas al poder.
Pero Mursi enfrentó la reacción de sectores liberales y laicos que lo acusaron a él y a la Hermandad de tratar de monopolizar el poder y no implementar reformas sociales y económicas. Al mismo tiempo, el gobierno aprobó una serie de decretos poco democráticos que limitaban el Poder Judicial, a la vez que recibió una serie de acusaciones por la persecución a activistas y periodistas críticos con el régimen.
El 30 de junio, el grupo activista Tamarod (Rebelde, en árabe) movilizó a millones de personas que salieron a las calles para exigir la salida de Mursi. El poderoso aparato militar respondió derrocando al mandatario el 3 de julio y formando un gobierno civil interino.
3. ¿QUÉ OBSTACULIZA EL DIÁLOGO? La Hermandad Musulmana rechaza el proceso político respaldado por los militares, que propone enmendar la Constitución adoptada el año pasado por el anterior gobierno y realizar nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales. Los esfuerzos diplomáticos para promover una reconciliación han fallado. El gobierno interino y los activistas liberales que encabezaron el movimiento para desalojar a Mursi sostienen que la medida se justificó debido a que los islamistas abusaban del poder. Las autoridades también han reprimido a los líderes de la Hermandad, deteniendo a varios de ellos y acusándolos de promover la violencia.
4. PAÍS POLARIZADO Egipto, el país más poblado del mundo árabe, es mayoritariamente musulmán. Durante las tres décadas de dictadura de Hosni Mubarak, los islamistas estuvieron reprimidos pero fueron muy influyentes en la sociedad. Al mismo tiempo, los musulmanes más liberales se sintieron amenazados tras la llegada al poder de Mursi. Pese a que el derrocamiento del presidente tuvo el apoyo de millones de personas, la mayoría ha objetado la brutal represión del miércoles y sostienen que no se puede restablecer la estabilidad del país sin la participación de los islamistas en el proceso político. La renuncia del premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei a la vicepresidencia fue el primer indicio de un resquebrajamiento dentro del gobierno interino.