La operación del sábado para liberar a los rehenes secuestrados en las instalaciones de gas de In Amenas, en Argelia, ha dejado, hasta ahora, un saldo de al menos 80 personas, más de la mitad de ellas rehenes de varias naciones. Como suele suceder en estos casos, también dejó muchas interrogantes no sólo sobre cómo ocurrieron los hechos, sino sobre quién y qué motivos explican el sangriento episodio.

La búsqueda de muertos continúa en la planta. Según informes, unos 20 rehenes siguen desaparecidos, entre ellos ciudadanos de Japón, Noruega, Reino Unido, Estados Unidos y Malasia.

Las fuerzas de seguridad argelinas indicaron que cinco de los militantes islamistas que llevaron a cabo el asalto en las instalaciones de Tigantourine fueron capturados vivos, pero otros tres escaparon.

Las informaciones desde el inicio de la crisis, el miércoles, han sido muy confusas. El sábado las autoridades argelinas señalaron que todos los 32 islamistas que llevaron a cabo la incursión habían muerto. Pero la persona que se sospecha organizó el ataque, Mojtar Belmojtar, declaró que eran 40 los militantes que habían participado.

No se piensa que Belmojtar estuvo físicamente en la operación, pero en un video emitido el miércoles en un sitio web mauritano se atribuyó la responsabilidad de la toma de las instalaciones de Tigantourine.

En el video Belmojtar asegura que está preparado para negociar con líderes de Occidente y argelinos si se suspenden las operaciones contra los islamistas en Mali.

Analistas han manifestado dudas de que esos sean los verdaderos motivos de una operación que, probablemente, requirió de una organización detallada. Pero el video puso en el mapa de agentes del terrorismo internacional a un nuevo personaje, hasta ahora poco conocido internacionalmente.

EL SEÑOR MARLBORO Belmojtar es un veterano de guerra argelino que perdió un ojo y que ha sido condenado en ausencia por asesinato, secuestro y terrorismo.

Se le conoce como el señor Marlboro debido a su rol en el tráfico de cigarros en la región del Sahel, un territorio que se extiende entre el desierto del Sahara en el norte y la sabana sudanesa en el sur.

El objetivo de su negocio era financiar su yihad y ahora se presentan con el nombre de Firmantes del Batallón de Sangre·

Belmojtar ha estado activo en los círculos políticos, ideológicos y criminales en el Sahara durante las dos décadas pasadas, explica a la BBC Jon Marks, académico de Chatham House, un think-tank basado en Londres.

Nació en 1972 en Ghardaia en el este de Argelia y según entrevistas publicadas en sitios web islamistas desde niño se sintió atraído a luchar por la yihad.

Cuando tenía 19 años, inspirado en vengar el asesinato en 1989 del ideólogo palestino islamista, Adbullah Yusuf Azzam, viajó a Afgnasitán para recibir entrenamiento de al Qaeda.

Estando allí, Belmojtar dijo (en los mismos sitios islamistas) que entabló conexiones con yihadistas de todo el mundo, explica en un informe la Fundación Jamestown, un think-tank basado en Estados Unidos.

Además, Belmojtar asegura que ha estado en frentes de batalla desde Qardiz y Jalalabad hasta Kabul, agrega.

SECUESTRADOR MARGINADO Cuando regresó a Argelia en 1993 el país estaba ya sumido en el estertor de un conflicto después de que la milicia argelina apoyada por Francia anuló elecciones que el Frente Islámico de Salvación (FIS) se pensaba iba a ganar.

Belmojtar se unió al conflicto, que provocó cientos de miles de muertes, y se convirtió en una figura clave del Grupo Islámico Armado (GIA) y posteriormente del separatista Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC).

Se dice que perdió el ojo izquierdo durante un enfrentamiento con tropas del gobierno argelino en los 1990 y ahora lleva una prótesis ocular.

El GSPC se unió posteriormente con al Qaeda para formar el AQIM (Al Qaeda del Magreb Islámico y Belmojtar dirigió el batallón del grupo en el desierto entre Argelia y Mali.

Pero como resultado de una lucha interna, AQIM le retiró su título de emir del Sahel y Belmojtar lanzó un nuevo grupo el año pasado, conocido tanto como Firmantes del Batallón de Sangre la Brigada de los Enmascarados y la Brigada de Khaled Abu al-Abbas.

El ataque en la planta de Tigantourine es su primer operación importante y, según los expertos, demuestra que Belmojtar sigue siendo influyente a pesar de haber sido marginado por AQIM.

Y en años recientes ha ganado notoriedad por su toma de rehenes en todo el Sahara, a menudo demandando rescates multimillonarios de gobiernos occidentales.

El mes pasado, el Batallón de la Sangre lazón advertencias contra cualquier intento de sacar a los islamistas del norte de Mali.

Responderemos con toda la fuerza. Prometemos que los seguiremos a sus casas y que sentirán dolor, señaló el grupo, de acuerdo con medios locales.

El mes pasado, medios argelinos informaron que Belmokhtar, a quien fuentes de Inteligencia francesa describieron como el inatrapable, había sido dado de baja en enfrentamientos entre islamistas y separatistas Tuareg en el norte de Mali. Eso resultó no ser cierto.

Muy por el contrario. Según le dijera a la agencia Reuters el académico Stephen Ellis, del Centro de Estudios Africanos ubicado en Leiden, en Holanda, es uno de los señores de la guerra mejor conocidos en el Sahara.

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