Rumania: El lado oscuro del renunciante primer ministro
Rumania: El lado oscuro del renunciante primer ministro

Victor Ponta anunció hoy su dimisión como jefe del Gobierno de , presionado por las acusaciones de corrupción y por una opinión pública que acusa a la tolerancia hacia esas malas prácticas de la reciente muerte de 32 personas en una discoteca que incumplía las normas básicas de seguridad.

Ponta es el primer jefe del Gobierno de Rumania en ser juzgado por corrupción. En setiembre inició el proceso en su contra por evasión fiscal, blanqueo de dinero y falsedad documental. Su Gobierno ha superado cuatro mociones de censura desde que comenzó la legislatura en 2012.

Unas 20.000 personas se manifestaron ayer en Bucarest reclamando su renuncia por la desmesurada corrupción política en el país, a la que hacen responsable de la organización de un concierto en una discoteca sin permisos y que estuviera funcionando sin salidas de emergencia y sin cumplir la normativa de seguridad. Eso produjo un incendio el pasado viernes, en el que 32 personas murieron y unas 200 resultaron heridas.

Formado políticamente en las juventudes socialdemócratas, Ponta entró en la alta política en 2001 como secretario de Estado en el Gobierno de Adrian Nastase, condenado posteriormente por corrupción. Entre 2008 y 2009, Ponta ocupó la cartera de relaciones con el Parlamento.

En un inicio, Victor Ponta se enfrentó al el presidente conservador Traian Basescu, cuya destitución trató de forzar con un fallido referéndum. Luego, dos ministros de Exteriores tuvieron que dimitir en pocos días por el caos organizativo durante las elecciones presidenciales de 2014, que impidió a miles de rumanos en el extranjero ejercer su derecho al voto.

Ponta se presentó a esos comicios teniendo 42 años y con el sueño de convertirse en el presidente más joven de la historia de Rumania. Sin embargo otra fue su suerte al ser derrotado por su rival conservador, un fracaso que no le impidió continuar como primer ministro.

En el tramo final de su mandato, la corrupción ha marcado la agenda política de Rumania. Tras ser imputado oficialmente el pasado julio, Victor Ponta se negó a dimitir pero anunció que no se presentaría a la reelección en las elecciones legislativas de 2016.

El pasado 29 de septiembre, con su proceso judicial ya en marcha, el Ejecutivo de centroizquierda de Ponta sobrevivió a la cuarta moción de censura de la legislatura. Finalmente, ha sido la muerte de 32 personas en un incendio el detonante de su abandono del poder.

Natural de Bucarest y doctor en Derecho, Ponta ejerció hasta 2001 como fiscal anticorrupción en el Tribunal Supremo de Rumania. Ponta está casado, tiene dos hijos y habla, además de rumano, inglés, francés e italiano. 

Fuente: EFE

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