¿Es la seguridad lo que motiva a Trump? [ANÁLISIS]
¿Es la seguridad lo que motiva a Trump? [ANÁLISIS]
Farid Kahhat

El título de la orden ejecutiva del presidente describe su propósito: “Protegiendo a la Nación de Terroristas Extranjeros que Ingresan a los Estados Unidos”. El decreto –que ya ha sido bloqueado por un juez– suspende por 90 días la emisión de visas para los ciudadanos de siete países (Irán, Iraq, Libia, Somalia, Sudán y Yemen). Además suspende por 120 días la admisión de cualquier refugiado en suelo estadounidense, y por tiempo indefinido cuando se trate de refugiados procedentes de Siria. 

¿Hay razones para pensar que ese decreto protege a los ciudadanos de los Estados Unidos de terroristas extranjeros? El investigador Alex Nowrasteh del libertario Cato Institute intentó responder a esa pregunta. Sus conclusiones indican que el decreto será tan inútil para fines de seguridad como el muro que el presidente Trump ordenó construir en la frontera con México (tema al que nos referimos en otro artículo). 

Según Nowrasteh, entre 1975 y 2015 ningún ciudadano estadounidense fue asesinado en el territorio de su país por un terrorista que fuese nacional de uno de esos siete Estados. Durante el mismo período 2,369 estadounidenses fueron asesinados en su país por terroristas procedentes de Arabia Saudí, y 314 por terroristas procedentes de los Emiratos Árabes Unidos (la virtual totalidad de esas víctimas perecieron en un sólo día, el 11 de Septiembre de 2001). Sin embargo esos países no están incluidos en la lista. Cabría especular sobre las razones de su exclusión. Arabia Saudí es, por ejemplo, uno de los mayores importadores de armas fabricadas en los Estados Unidos y el Reino Unido, y sus reservas de petróleo están entre las mayores del mundo. En un artículo en el New York Times, Richard Painter y Norman Eisen constatan que la lista no incluye ningún país en el cual el emporio Trump tenga intereses comerciales (lista que incluye, por cierto, a Arabia Saudí y los Emiratos). De cualquier modo, según Nowrasteh la probabilidad de que un ciudadano de los Estados Unidos fuese asesinado por un terrorista extranjero en cualquiera de los 40 años que cubre su estudio (y que incluyen los atentados terroristas de Septiembre de 2001), era de 1 en 3.6 millones. 
 Según Nowrasteh, la probabilidad de que un ciudadano estadounidense fuese asesinado durante cualquiera de esos años por un atentado terrorista perpetrado por un refugiado era virtualmente nula (1 en 3,640 millones). A propósito, la probabilidad cada año de que un ciudadano estadounidense fuese asesinado por la otra bestia negra del discurso de Donald Trump (es decir, un inmigrante indocumentado convertido en terrorista), es de 1 en 10,900 millones.  

Mención aparte amerita la inclusión de Iraq en esa lista. Después de todo ese país fue invadido en 2003 por los Estados Unidos pese a que no obtuvo la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, y con base en una acusación que resultó ser falsa (V., que su gobierno poseía armas de destrucción masiva). Durante la ocupación se iniciaron en Iraq tanto una guerra civil como una guerra contra los ocupantes. Esas guerras incluyeron entre sus protagonistas a Al Qaeda en Iraq, la cual no existía antes de la invasión y que luego se convertiría en el “Estado Islámico”. Que ahora los Estados Unidos no acepten a sus nacionales porque se trata de un país en guerra que representa una amenaza de seguridad, es de una ironía digna de mejor causa.    

VEA LO ÚLTIMO DE MUNDO…

Contenido sugerido

Contenido GEC